Thursday, May 06, 2010

Gatear hasta el borde


Llegamos y nos buscamos un rincón. Hacía tiempo que no veíamos a los demás. Todos parecíamos estar en nuestro rincón. No creo que fuera falta de curiosidad, simplemente, no sabíamos por donde comenzar. No sabíamos lo que teníamos que hacer. Habíamos sido convocados para la espera. Alguien dijo, “es curioso que sean los griegos los que hagan la guerra”. “Era de esperar”, dijo otra, “ellos la empezaron”. Pero no sobrevino ninguna discusión sobre la historia. Esperábamos, viendo la lluvia pasar, volver, derramar. Incluso Víctor, con quien había llegado, parecía ahora a miles de quilómetros de distancia, como esas pesadillas de la infancia, en las que mamá está al final de la cama y la cama se hace más y más grande, cuando luchas por gatear hasta el borde.

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