Monday, November 26, 2012

Charlie

Picture from G2007 blog, by Gary Brewer
Luces rojas en flores sin abrir, oh sombras, despedís ese aroma antagónico, con desdén, apenas se puede oler, es sólo una idea que tuve, ¿Sucedió? Hematomas listos, se esconden cuando van a ser vistos. Qué tristeza tan inasible, lo que nunca fue. ¿O sí que fuiste? Como el sueño de un viento que agitaba las tejas y golpeaba la puerta y al despertar sólo había la condensación de la madrugada colgada sin demasiado arte en los cristales. Ya te echo de menos. Siempre te eché de menos.

Quizás los osos se detienen de noche a mirar las estrellas en un claro del bosque.

Tuesday, November 20, 2012

El misterio del túper desaparecido

Ayer fue una mañana larga. Era el día antes de un viaje doble de los jefes, con documentación y detalles por ultimar. Era lunes de niebla y a mediodía tuve un funeral. Al regresar, me esperaban para lo que iba ser uno de los últimos despachos del día, con algunas emergencias por resolver y una de ellas, triste y trágica.

Pero por fin conseguí escapar de la oficina y corrí feliz como una cría hacia la nevera donde me esperaba mi fantástico túper de conejo a la cazadora, con sus setas, sus patatas asadas y su reducción al vino del Segre.

Pues bien, salvo por un yogur que no era mío y una manzana podrida, la nevera estaba vacía. Me quedé tan estupefacta que la cerré, salí al pasillo, volví a entrar y repetí la operación, no fuera que el estrés me estuviera cambiando la realidad que veía. Nada.

Me fui al bar y me pedí un bocadillo.

Por la tarde puse una nota en la nevera: “Alguien se ha comido mi conejo a la cazadora”.

Hoy (no sé cómo se me ocurrió tan fantástica acusación) he sido objeto de broma por los pasillos.

Y eso me ha alegrado bastante el día. No siempre se presenta la ocasión de hacer un poco el payaso.

Sunday, November 18, 2012

El test Voight-Kampf

Desnudamos los días de sus miedos y los decoramos con mentiras piadosas. El alcohol ayuda; la medicación, el cacao, también la marihuana; el ejercicio físico, el sexo, la televisión, las redes sociales, los deportes, salir de compras, las cenas, vermús, cumpleaños, reuniones, la meditación. Y luego las mayúsculas: la Música, la Literatura, la Risa, el Cine, la Danza, el Teatro. El Arte. Aunque Arte, el que sublima y anestesia, ya no se fabrica. El Dinero, mayúscula principal, lo ha comprado.

Vivimos al minuto las tragedias y deseamos ser inmunes al dolor, a nuestro dolor, al dolor de los demás, aún sabiendo que ese dolor es lo que nos hace humanos, o no pasaríamos el test de Voight-Kampf.

¿Pasaríamos todos la prueba Voight-Kampf ante las noticias que llegan de Gaza, de las mutilaciones en África, de las violaciones de mujeres en Colombia? ¿O existe otro homo sapiens, inmune a la empatía? Eso explicaría muchas atrocidades y vulneraciones de los derechos humanos.

Pero en verdad hoy no quería ir por el mundo. También en casa vivimos tragedias. Todos perdemos a alguien, un amigo, un padre, una hermana, la hija de dieciocho años de una amiga.

Perder la cabeza también es una muerte. Pasamos el luto, porque la persona se ha ido a un lugar al que no podemos acceder. Y si regresa, deberemos aprender a ser nosotros de nuevo con ella.

Todo cambia. La ilusión de control se desvanece. Retomarlo es volver a convencernos, volver a desnudar la realidad, volver a decorarla.

Hubo un tiempo en que creía en mi poder. Leía demasiados cómics, me enamoraba de líderes revolucionarios en las movidas de estudiantes y mi banda sonora era Ride the Lightning.

Saturday, November 10, 2012

La catalanista y la catalana humanista



Dijo la catalanista que era una falta de respeto que un ignorante rompiera un círculo de sardana del domingo en la plaza de la Catedral para introducirse en el baile sin saber bailar. La catalana humanista dijo que, en la presunción de inocencia, tal vez la persona ignorante (una turista, por ejemplo, una china) creyera, al ver a tanta gente dándose la mano, que era señal de simpatía y hermandad participar en el baile folclórico del lugar. La catalanista, ofendida, esgrimió que no se trataba de folclore, sino de un símbolo de la perseverancia del pueblo catalán. La humanista apuntó que ella había creído, quizás ingenuamente, que el símbolo representaba la unión de un pueblo, a través de la fiesta, de la danza y que en ningún lugar estaba escrito que el símbolo incluyera a un número determinado de personas. La catalanista defendió una teoría de las parejas, de la altura equilibrada y de la veteranía. La humanista destacó que en ilustraciones de la edad media, en las sardanas había todo tipo de personal, sin importar la altura, la edad, el peso, la procedencia, la destreza o el sexo. La catalanista arguyó que había que saber contar, para bailar una sardana. La humanista dijo que, en su humilde experiencia, sólo hacía falta que una persona del círculo supiera contar y añadió que, de todos modos, era sólo una sardana, nada tan complicado como tocar la guitarra, y no ves a los músicos que prohíban a un principiante pegarse unos toques en una jam. A lo que la catalanista reaccionó abandonando la mesa.

Pensativa y triste, la catalana humanista perdió interés en todo debate político, dado que aún tanta gente sigue considerando que los símbolos son más importantes que el pensamiento, que las personas, incapaces de mantener una discusión sin ofenderse, sin escuchar. Como si nunca hubiera existido el Renacimiento, Charles Dickens, Einstein, Monty Python, Pere Calders o Pulp.

Monday, November 05, 2012

Sobriedad


Estoy sola con el vacío de palabras y un vaso de agua. Lo más difícil es quedarme mirando a la grieta y que no suceda nada, nada.

Sin euforia, sin clarividencia, el tiempo se alarga en la espera.

A solas con mi imaginación. Espero que aparezca.