Tuesday, January 31, 2012

Tambores

Música africana en radio3. El termómetro desciende. Si te muestras optimista, te toman por loco. Parece estar más aceptado que te arrastres por la calle, ojos escondidos. Pues no sé, a mí no me va. Si quisiera, podría listar motivos (tranquila mamá) por los que dejarme vencer por la negatividad y ponerme a llorar, añadir peso a las espaldas de los demás.

Claro que me sobrevuela la tentación de quedarme en la cama, rendirme al sueño y soñar. Hay en la atmósfera un cansancio global y lo siento en mis pies doloridos, cuando me esfuerzo en salir a correr y en mis pulmones oprimidos por la amenaza.

Pero no quiero. No quiero ser adicta a lo que sea que es la no realidad. Quisiera tener osadía, pero como soy cobarde, debo ser valiente. También me hubiera gustado tener otro físico y habilidades para ser actriz.

Los tambores de la vida retruenan y con algo de perspectiva lo negativo es circunstancial. Como en el amor, hay que creer en las ideas. Y yo voy a seguir optimista, aunque me tomen por loca.

Monday, January 23, 2012

Las verdades necesarias

A través de un cristal ámbar, algo se movió. Al intentar incorporarme, resultó que tenía roto el tobillo izquierdo, aunque no recordaba porqué. Me quedé sentada en la cama, mirando la habitación. Pósteres de antiguos ídolos adolescentes, cortinas de cuadros y un tocador vacío, salvo por una bandeja donde había comida. Famélica, me puse en pie sin pensar y grité de dolor. Saltando sobre el pie bueno llegué al tocador, me senté en la silla, devoré lo que en el plato había.

Alguien me observaba desde la puerta, un cuerpo color naranja envuelto en un traje de plástico.

— No te asustes —dijo—, padezco una mutación no contagiosa, pero debo andar con cuidado, mi piel es extremadamente sensible. Con un simple roce, puedo perder una parte del cuerpo.

— ¿Eres un zombie?  — Pregunté.

El monstruo rió en una carcajada lenta y sopesada, como siempre reía él, no fuera a caérsele un diente.

— Espera a conocer a mi madre — dijo—, ella está peor.

No quería mirarle, pero no podía evitarlo. Al cabo, el monstruo dijo:

— Me llamo Bruno, ¿y tú?

Y al anunciar que mi nombre era María, conté mi primera mentira. Fue algo involuntario, pero me proporcionó un gran placer. A partir de entonces ya no tendría verdad y mi imaginación iba a construirme las verdades que fueran necesarias.

Sunday, January 15, 2012

El bosque helado

No era la única alternativa, ni la última. Aún podía haber continuado mancillando mi orgullo y pedirle a Silvia que me aceptara en la zapatería por unas pocas monedas al día. Ella no podía pagarme, apenas dos o tres clientes compraban zapatos, que costaban ya lo que el sueldo de medio mes y yo hubiera aprendido un oficio. Pero Silvia tenía los hijos que yo nunca tuve, el marido que me robó y en consecuencia la casa y comodidades que hubieran sido mías, si Federico no hubiera pensado a los diecisiete cuando tonteaba con las dos, que ella iba a ser mejor madre.

Mi primo me consiguió un coche a cambio de un favor que seguro iba a traerme problemas con la policía, pues todo trato con mi primo me traía problemas con la policía. Pero en ese momento me daba más bien lo mismo. Entre morir de hambre mientras el país entero se deprimía y ver qué pasaba si atravesaba la frontera… A las malas siempre me podría prostituir. Así que cogí el saco de dormir, mi cesto y la mochila y me metí en un coche atroz que me congeló los huesos, en la negra noche sin poder subir las ventanillas que no funcionaban, hasta que decidió dejar de andar. No sé si nunca me he sentido tan sola, pero en ese momento me sentí muy sola y eché de menos ese hombre fantástico que nunca ha existido y que ya he dejado de esperar.

La niebla era tan fría que parecía nevar. De hecho yo pensaba que nevaba, hasta que más tarde me explicaron lo de la niebla. Más tarde fue en la casa que encontré siguiendo los secos ladridos de un perro. Cuando por fin llegué a la puerta, después de atravesar un bosque de hielo, pensé que si no me dejaban pasar la noche, lo mismo me desmayaba en la entrada y moría, de todos modos. Sólo yo iba a echarme de menos y ya no iba a estar para darme cuenta.

Sunday, January 08, 2012

1981



Dormir para soñar. Despertar sin que haya terminado el sueño. Inducirse al subconsciente de nuevo. Y luego el sol, que llama a la ventana y dice: es domingo, levanta, sal a ver el mundo. Y el mundo es un basurero gigante, de plásticos y cartones y botellas vacías desbordando papeleras y contenedores. Y por las calles abarrotadas aviones dirigidos y motos enanas y bicicletas inestables y patines en rodillas frágiles y ropa fucsia y gris.

La felicidad debe ser esto.

Siempre nos quedará el 19 de septiembre de 1981 en Central Park.

Wednesday, January 04, 2012

In memoriam

FINAL DEL LABERINT
 
Quan aquells dits sensibles
toquin músiques fràgils
i lentament vacil·lin
llums canviant de ciris,
surt de la festa. Mira
quanta nit, quina extrema
solitud se t'emporta,
per la rialla, a l'home
justificat i lliure
que neix del teu silenci. 

Salvador Espriu

Monday, January 02, 2012

Bolsa de trabajo


He empleado hora y media en rellenar un formulario online para acceder a una bolsa de trabajo. Y eso que estoy acostumbrada a rellenar formularios que, sólo por joder, te preguntan las mismas cosas de siempre, pero distintamente. Vaya, que ni siquiera queda bonito luego, con lo maqueado que tengo yo mi cv.

Y para ser sincera, no me he sentido nada satisfecha. Ni siquiera hay dentro una triste oferta de trabajo. De ningún sector. Pero, claro, a esa información no se podía acceder sin dar todos tus datos.

Rock and Go!