Wednesday, May 24, 2006

l'olor de la cervesa


Les persones que més trobem a faltar són aquelles que no varem saber estimar prou bé, pensava S.B. mentre caminava per la riba del Besòs. Potser imaginava que es trobava a les afores de qualsevol altre àrea metropolitana, lluny, o es preguntava perquè l’olor de la fàbrica de cervesa no li resultava familiar, si hi havia viscut mitja vida al costat.

La xarxa de vehicles absorbia la llum del dia i les boires semblaven la xafogor de l’estiu, tot i que, per un moment, no sabia quina hora era, quin mes, quin any. El record d’un rostre estimat que ja mai més l’abraçaria es manifestà en un cos estrany que caminava cap a ella. I allà, quieta, sense adonar-se que mirava els ànecs que es banyaven al riu, tremolà de nostàlgia i de tristesa.

Tuesday, May 23, 2006

cellphone

S.B. escribía un SMS mientras subía las escaleras al trabajo. Olvidó el último escalón y cayó de bruces sobre el cemento. Se abrió heridas en un codo y ambas rodillas. Pensó: “eso me pasa por hacer dos cosas a la vez”. Cambió el móvil de mano, sacó un pañuelo de papel para la sangre y escribió la última palabra del mensaje: “qué lástima que hasta el viernes no volvemos a vernos".

Saturday, May 20, 2006

2-1

Qué penita que en todas las fiestas haya siempre alguien que no sepa beber. Que la noche del Barça no fueran sólo esos ríos de gente tomando las calles a pie, sobre ruedas, deteniéndose en las plazas a celebrar, contagiando alegría, energía. Música con instrumentos improvisados, parte del mobiliario urbano. Saltimbanquis espontáneos. Danzas de barrio. Grupos de amigos riendo y cantando. Y todos aquellos a quienes no les importa el fútbol ni el Barça, pero que disfrutaron lo mismo de la celebración. Qué penita que la gente se pelee cuando está alegre (aunque las peleas, ciertamente, siempre dan pena) y que de vuelta a casa las calles estuvieran carbonizadas, saqueadas, rotas, orinadas, violadas. Aún así, la sordidez que ciertos miembros de nuestra especie imprimen en este mundo, no pudieron borrar la algarabía, los abrazos, la unión. Siempre he pensado que el único himno que me gusta es el del Barça y que los goles del equipo azulgrana en una final son los más emocionantes. Aunque no soy del Barça, ni me gusta el fútbol, soy feliz cuando la multitud es feliz.

Saturday, May 13, 2006

yellow moon


La luna gritaba al mar desde su atalaya. La escuchabas cuando el aroma de la ciudad aún no se había convertido en sal. Su cálido rostro mostraba el final de las brasas, mucho antes de convertirse en cenizas. En el agua se movían serpientes doradas y en el oscuro horizonte navegaban mástiles intermitentes. El cielo ardía con el azul más puro. Nubarrones de aspecto amable y bello se saludaban al cruzarse: “hola, muy buenas, soy la fuerza que empuja el mundo, ¿y tú?”. Una cigüeña fue vista el mismo día en que un flamingo paseaba tranquilamente por la carretera, policialmente acordonado. Y para conseguir llegar desde Holanda en menos de treinta horas es necesario, además de seguir debidamente el protocolo del autostopista europeo, un sombrero mágico y mucha suerte.

La luna emergió de las nubes encogida y pálida. Su estela sobre el mar no era más que un lindo suspiro. Y las veces en que el mundo parece en su sitio son tan pocas…

Wednesday, May 10, 2006

I am the lightining

Et trobo en el supermercat, esperit dels passats estius. Però et vaig conèixer tot just fa només dues festes. Amb tot, quan et miro, sembla que tinguem un munt de records per compartir. Serà el teu somriure, que em convida a construir la història que mai no hem tingut. Sabies de mi, em vas dir, i em vas fer sentir com una petita estrella.

Enllesteixes la compra i mentre pago em dius:

—T’espero fora.

Ens acompanyem breus minuts, fins als quatre camins. Vull explicar-te la meva setmana, vull saber quan et tornaré a veure.

—És curiós —dius—, mai no vinc a aquest supermercat.

—Ni jo... He passat per aquí avui per solucionar tràmits amb el gimnàs.

Sembles cansat, em dius que tens molta feina.

Ens acomiadem amb dos petons i un a reveure. En començar a caminar una gota de pluja em cau a la galta i em fa somriure. Ai, si sabessis que en el fons no sóc més que una romàntica!

polvos mágicos

Me despierta una brisa que se cuela por el balcón abierto y pienso “por favor, que no sea aún la hora”. No lo es, pero en vez de levantarme, sigo durmiendo. Si fuera viernes, pienso antes de retomar el último sueño, me levantaría ya a aprovechar la mañana, porque podría dormir el fin de semana. Claro, que pensándolo mejor, el fin de semana es cuando menos duermo.

Decido quedarme medio consciente. Recuerdo que anoche la luna rompió las nubes y entró en mi cama.

Me llega el aroma de café de algún vecino y las noticias en una radio lejana. Todo está en segundo plano, porque lo que más escucho son las gaviotas y las golondrinas. A ratos confundo alguna gaviota con un gato en celo. Con los ojos a medio abrir veo que el cielo está gris. Me doy cuenta en plan revelación de que hace tiempo que todas mis hermanas y hermanos están lejos.
Sin embargo, no les echo de menos. Eso sí, pienso en ellos, y en el día en que volveré a verlos.

Suena el despertador y decido levantarme de un salto, porque quiero disfrutar de la mañana y no ir corriendo, para variar. Desayuno en el balcón, bajo un cielo holandés, que comienza a desmigajar sus brumas. El vecino sale desnudo a recoger del tendedero una pieza de ropa. Nos damos los buenos días.

En la calle, camino del tren, una mujer con un perro echa polvos mágicos tras los pasos de los transeúntes. Me giro para constatar que no se olvida de mí.

En la esquina un camarero saca las sombrillas a la terraza y cinco camiones maniobran para entrar en las calles estrechas. La Rambla, por la mañana, se muestra respetuosa y ordenada. Respiro feliz el aire de mi ciudad. Después de mucho tiempo, por fin, vuelvo a sentirme en casa.

Tuesday, May 09, 2006

Anna

Acaba de fer vint anys i té ulls àrabs, profunds i foscos, colorits de groc i verd en els marges d’iris com dos planetes que miren. Un de bon humor, l’altre de seny. El seu posat divertit es dibuixa en els llavis plens i desafiants, de gitana que calla allò que d’altres parlen. I les seves dents blanques donen la benvinguda a amics i desconeguts, com ofrenes a deesses que es van oblidar fa segles. El seu cos exuberant encara no ha decidit cap a on es mourà més tard, però les seves mans ja han descobert un sender. Si la veus venir, saps que és ella, però sempre dubtes quan la tens a prop, mai no és com la recordaves, sempre, cos i ànima, és millor. És astuta en la seva bondat, generosa també quan pateix, i sap que estimar no és dir sempre que sí. Té por, però, té por de rebel·lar-se, potser és per ingenuïtat, potser perquè li costa sentir que sota els seus peus, hi ha terra ferma. Les seves històries són de vegades surreals i sempre em fan riure. M’adono que, per circumstàncies, no la conec prou. Els seus ulls són sòlids i misteriosos com planetes. Un per la ironia i l’altre per la discreció. El seu posat, de fada entremaliada. L’altre dia va fer vint anys i el seu nom és Anna.

Thursday, May 04, 2006

reflexión versus olvido

Una se cree inmune (aunque realmente no sé de qué), cuando da por sentado el amor, especialmente el amor de los amigos, aquellos que siempre nos aceptan como son. Porque mi naturaleza libre me impide exigir nada de nadie, creo que no debo ser exigida. Pero con los años veo que lo mismo que me perdía entonces, me sigue perdiendo ahora: mi transparencia y mi espontaneidad. Además, no tengo secretos. Recientemente me he enfrentado a malentendidos con dos amistades. Uno se ha hablado, el otro ha quedado encerrado en una burbuja de malestar. Ambos me han dejado mal cuerpo, incluso el que conseguí medio aclarar, porque en el fondo es una cuestión de interpretación de mi forma de ser. No importa cómo lo intente arreglar a partir de ahora, debo renunciar a un tipo de amor, a un tipo de comportamiento con un ser muy querido, para no hacer daño a mi amigo. Les quiero a los dos y no es cuestión de escoger, es cuestión de cambiar. Y hay cosas que me cuestan cambiar, porque me salen de dentro y creo que son puras y hermosas, incluso si alguien las ve mal. También me cuesta cambiar las cosas que no me gustan de mí porque en general escapan de mi control y cuando me doy cuenta de ellas o me llaman la atención al respecto ya es demasiado tarde para borrar el rastro de resentimiento que han sembrado. Me mortifica que tanto como quiero y tan bondadosa como me sé, pueda hacer daño a los que amo.

He estado muy enferma en el último mes, ha sido una cosa tras de otra y como siempre en tales ocasiones se ha producido, al final, un cambio. No he estado sola, pero me he sentido sola, porque es la culminación de un proceso en el que estoy sola y nadie puede ayudarme. He aceptado ciertas evidencias y he renunciado a algunas ilusiones y en general me siento vulnerable e insegura respecto a quién soy. Además, ahora, gente a la que amo me cuestiona. Pesadillas recurrentes de la infancia, de cuando me sentía nadie y nada, merodean de nuevo en mis noches. Me apetece mucho encerrarme en una concha y no ver a nadie en algún tiempo. Esta vez no estoy para olvidar, sino para reflexionar.