Saturday, September 29, 2018

One way or another

What’s true is science, journalism, philosophy and arts.

Llegeixo la biografia de Jim Morrinson. Tentacular.

J'écris un roman.

Mi amiga editora me dijo que sin saber cuál era mi público, la cosa no iba a progresar.

Os echo de menos. Besos.


Tuesday, May 15, 2018

See you later alligator


Dos cosas quiero. Una, ser libre. La otra, ser amada. Ser libre no deja de ser una forma de violencia, pues siempre termina donde empieza el otro. Lo del amor, por lo tanto, se resiente. Y siempre parece más fácil cuando me voy a otro sitio. Así que... Me voy un tiempo. Hasta que terminemos con la censura o me acostumbre a ella lo suficiente. Gracias por acompañarme hasta aquí.

Saturday, April 28, 2018

New York


La habitación olía a insecticida y salfumán. Lo primero que hicimos fue abrir la ventana. No nos atrevíamos a dejar la bolsa en ningún lugar. El suelo estaba pegajoso. Las colchas de la cama, roídas, con manchas. Me acerqué a olerlas y le dije a Casey que no pensaba dormir allí, mucho menos echar nuestro primer polvo de casados. Casey salió por la ventana y se sentó en la escalera de incendios a fumar. Yo necesitaba ir al lavabo, de modo que me perdí por sórdidos pasillos de luces parpadeantes hasta encontrar uno. El lavabo parecía decentemente limpio. Eché el cerrojo e intenté relajarme, relativizar la situación. Al fin y al cabo, estábamos en New York, que era lo que los dos habíamos querido.

Thursday, April 26, 2018

Los pervertidos

(Mamá, no te flipes al leer esto, es solo una hipótesis para defender el caso de lo indefensas que estamos, desde la concepción; y por supuesto, nada tiene esto que ver con los maravillosos compañeros de viaje que sois todos los hombres, a excepción de los pervertidos).

En la vida me violaron dos veces. Una a los 9 años y otra a los 30.

Entiendo por violación una penetración (pene, dedo, lo que sea) sin petición expresa, con coacción física o moral, en cualquier agujero.

Nunca denuncié.

Entendí que, al no haber sido capaz de reaccionar al momento, había consentido y era mi culpa. Por cobarde.

Creo que antes de la primera agresión, ya había sufrido algún abuso. Y sin duda de memoria, los sufrí después.

Lo que entiendo yo por abuso: un uso de la autoridad, normalmente mediante chantaje moral, para tocamientos, sin penetración.

Abusos y violaciones conforman nuestra personalidad, nuestro criterio, nuestra capacidad, la confianza en un mundo mejor para nosotras y nuestras hijas.

Hay que reformar la ley: al margen de las evidencias igualdad/desigualdad en la situación, se necesita un marco en el que quede claro si la persona realmente quiere. También hay que reformar a toda una sociedad que da lugar a un juez que estima que, por el vídeo, a pesar de que no parezca que ella (18 años) esté disfrutando y ellos (cinco adultos fornidos que la penetran en manada) jalean, graban, humillan, se jactan, roban su ropa y su móvil al abandonarla a su suerte, no se deduce violencia, porque no hubo golpes.

El mensaje es escalofriante.

Y, desde luego, hay que reformar la ley acordemente a la anatomía: agujero=violación, no agujero=abuso. Estipulando ambos casos, obviamente, como agresión.

¿O no es una agresión cada vez que alguien usa su superioridad para obtener algo de ti?

Ya no estamos en la edad media, ni en la dictadura, ni en la transición. Estamos en la era de los derechos humanos. Y no hace falta que nos descuarticen para acusar y procesar a los que vulneran los derechos humanos.

Tuesday, April 03, 2018

La flor más rara


Supe lo que sentías por mí el día en que echaste una cucaracha en mi cerveza y me miraste desafiante, con ojos de bribón y sonrisa de lobo. Era exótico. Más exótico que la flor más rara. Y más acorde a tu personalidad. Guardé ese instante como un secreto. ¿Con quién iba a compartirlo? En cuanto todos se dieron cuenta de la ocurrencia, transformaron la magia de tu confesión en una competición de escatológicas gamberradas.



Monday, March 26, 2018

La caja de bombones


No hay día en que no sufra a la mayoría. El chiste a la hora de comer con el que todo el mundo ríe y a mí me da vergüenza o lástima. La música, la literatura, la televisión, las películas. Suelo disfrutar aquellas cosas que los demás rechazan. Y si alguna vez sacan un producto que me encanta, lo quitan de las estanterías a las pocas semanas, lo mismo que una comedia que considero por fin divertida, inteligente y empática, todo a la vez. Mis preferencias no superan las pruebas piloto, porque la mayoría siempre gana.

Este es un tema recurrente, hablo de esto siempre, y escribo sobre ello cuando algo sucede que me hace enfadarme mucho, asquearme, tener ganas de otro sistema, no sé cual, por supuesto que nunca secundaría monarquías ni oligarquías ni totalitarismos, pero otro sistema, más justo con las minorías, las minorías que estamos en desventaja, se entiende, en peligro de extinción, ya sea porque hablamos una lengua minoritaria, porque pasamos de manifestarnos por una bandera o porque nos gusta Radiohead desde que solo los podías escuchar en un internet café.

Una vez me enredaron en una cafetería con un rollo de ver algo (sorpresa) a cambio de un regalo (sorpresa también). El algo era un rollo de serie de mierda que no se comprendía y estaba cortado con anuncios raros también. Pensé que era todo una broma. Tuve miedo de la llamada. Me llamó una señora muy amable que me hizo preguntas de lo más inverosímiles durante más de dos horas. Cuál era el color que creía que más había destacado. Qué me parecía la pareja del anuncio de la pareja. Cuántos pájaros había en la jaula. Cómo se llamaba el perro… Yo no sabía responder a ninguna pregunta, y a medida que avanzaba el tiempo, me parecía más una tomadura de pelo. Cuando no pude más, le dije: “perdone, ¿falta mucho? Es que es tarde, tengo hambre y, francamente, no sé qué están analizando, pero ya le digo que yo no sirvo, porque nunca coincido con la mayoría”. La señora me respondió: “no se preocupe, podemos usar hasta los criterios que parecen no válidos”. No supe si eso era bueno o malo, pero dije que, con permiso, daba por terminada la llamada.

Al cabo de una semana recibí el regalo, que tuve que ir a recoger a correos. Era una caja de bombones de esas típicas, rojas, de un piso, que no me gustan nada, aunque te las encuentras en casi todas las fiestas. Ojalá pudiera decir que esa es la vez que me he sentido mas gilipollas en mi vida. Pero no.

Friday, March 23, 2018

¡Manda huevos!


Siendo niña aprendí que era mejor un gag que una opinión. Como estudiante, hice preguntas difíciles y no di ninguna explicación. Como hija de obreros, supe que por muchos méritos que esgrimiera, jamás saldría de las trincheras. Como mujer, mastericé la frivolidad, pues de qué otro modo me iban a escuchar. Como catalana, sufrí la violencia por hablar catalán, a pesar de que en el artículo 3 del título preliminar de La Constitución se detalla que “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”. Como republicana tengo a familia que nunca he llegado a conocer y de la que solo conocemos el final de uno, gracias a Montserrat Roig: el hermano pequeño de mi abuela, que fue deportado a Mauthaussen, con otros diez mil hombres y mujeres de “nuestro holocausto” que no sale en los libros de historia porque todavía NO HABLAMOS DE ESO.

Foto de la SER

Me llamó mi amiga americana y me preguntó "qué tal" y le conté; ella insistió, “no, no, que de la política, ¿cómo estáis?”, y le dije: “mejor no hablemos de política”. “¿Por qué no?”, se extraño ella. No sé, es como una consigna ¿no? En el trabajo, en la escuela de los peques, en el gimnasio, en las tiendas, en el bar, “mejor no hablemos de política, NO NOS VAYAMOS A PELEAR”.

Hay un gran déficit de diálogo, de discurso, de capacidad democrática, cuando crees que si hablas de política igual te van a pegar o denunciar o meter en la cárcel.

Los republicanos catalanes nos piden hoy desde la cárcel y el exilio que no tengamos rencor, que la vía Mandela es la vía que gana, que no tengamos miedo, que no tengamos traumas. Que no hay venganza, solo progreso. Paciencia. Corage. Estudio. Inteligencia. La democracia ganará...

Para que luego, encima, vayan diciendo por ahí que los catalanes somos unos cobardes, no como otros, que ponían bombas y se hacían respetar. ¡Manda huevos!



Thursday, March 22, 2018

Escuchando a Barriuso

No tengo tiempo para comer, ni cagar, ni el yoga, ni bailar ni tocar la trompeta. No tengo tiempo para este blog, ni para pintar, escribir cómics, restaurar, dialogar, cocinar, o ir a las radios a dar la brasa en los programas de los amigos. No tengo tiempo para los amigos, ni la familia, solo para la nuclear. No me detengo bajo la lluvia ni el sol ni me pongo a montar fiestas. Y siempre las monté yo.
Cuando Rita me despierta de noche y no puedo volver a dormir, quisiera salir al rellano a leer con un linterna, como a los trece años. Pero es difícil cualquier cosa con una mamífera colgada de la teta.
A veces creo que estoy pensando, pero en verdad ando estresada con preocupaciones: el orden de las tareas cuando llegue al curro, lo imprescindible en casa antes de que nos tumbe la noche y cómo arañar cinco minutos para mí, ni que sea para depilarme.
Sepáis que Lorca tampoco tiene tiempo ni de afeitarse (de pronto me pareció que sonaba a condena solitaria - cuando no es ni condena, ni solitaria).
Lo que sí puedo es escuchar la radio, en el coche, una hora de ida y otra de vuelta. Y Jorge Barriuso es una delicia siempre. Hoy: Samuel Beckett y su legado.

Monday, March 12, 2018

Una luna monstruosa


Estábamos toda la pandilla de vacaciones en un cámping de playa en el verano de nuestros dieciocho y parecía que por fin Iván se fijaba en mí.
Eran las fiestas del pueblo. Fuimos a la discoteca, donde jugamos a ligarnos a extranjeros y extranjeras, para salir corriendo en cuanto Julio diera la consigna. Julio era muy malo dando consignas.
Andábamos por la calle haciendo el burro (breakdance y otras acrobacias), orquestados por Gloria, que fue y sigue siendo una especie de manager de lo que sea, cuando ¡Casi nos atropella un coche!
Consternados, magullados, vimos al coche volcar. Vino la policía. Vino la ambulancia. La calle se llenó de gente, en el coche iban ocho y borrachos, la ambulancia se los llevó a todos.
Al irse las luces y las sirenas, nos fuimos a la playa donde estuvimos en estado de shock con las litronas que habíamos escondido entre las rocas. Era una luna llena de agosto, de esas monstruosas, que te hacen pensar que las ciudades, los estudios, el trabajo y todas tus aspiraciones artísticas no tienen pulsión y que lo único que debería existir es el amor y la música, aunque en el radiocassette sonaba, creo, Anthrax y yo era más de Pink Floyd.
Iván y yo nos fuimos atrincherando hasta montarnos una isla privada en la toalla. Entre saliva, arena que rascaba y gente que nos podía ver, nos dimos cuenta de que habíamos perdido el condón. Me pasé el resto de las vacaciones pensando que estaba embarazada, mientras Iván se enrollaba con una guiri y luego con una del pueblo.
Volvimos a casa como si nada hubiera pasado. Luego resultó que nada había pasado. Me vino la regla y tal.



Thursday, March 08, 2018

DUDH


Eleanor Roosevelt
Hoy es un día para mí emocional y chungo por cuestiones ajenas al 8 de marzo. A veces los incidentes, obstáculos y miedos se amontonan en pocos días y te sientes como una mierda. No pasa nada. Es natural sentirse así. Es bueno permitirlo.

He tenido la suerte de crecer rodeada de personas que me han educado y querido en la igualdad y la fraternidad, no sólo de género. Y tengo la suerte de compartir vida, en casa y en el trabajo, con personas sensibles, preocupadas por el entorno, por los demás. Solidarias. Amables. Inteligentes. Artísticas. Paritarias.

Un día, todo el mundo compartirá. No hay otro camino. El camino del arte. De la ciencia. Del periodismo. De la familia, sea cual sea el modelo. Del amor y la amistad. Y solo lo haremos si ponemos por delante siempre, en todo cuanto hacemos, los valores que nos hacen humanos.

Desde aquí os felicito, familia humana, la que vive acorde a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por seguir luchando por una sociedad justa y sostenible.

¡Feliz día de la mujer trabajadora!


Sunday, February 25, 2018

Día de trueque


Mi mejor amigo y yo nos encontramos al teléfono cuando podemos, siempre mientras hacemos otra cosa, no más de quince minutos, que a veces se nos van y llegamos tarde a la siguiente obligación. Si nos vemos, es normalmente porque un trueque ya pasó de urgente y charlamos apresurados mientras descargamos un coche y cargamos el otro, antes de darnos un abrazo y prometernos que pronto haremos algo para cambiar esta dinámica.

Friday, February 23, 2018

Crisis de una escritora del montón


No recuerdo cuándo cambié el boli por el teclado, pero ese día abandoné el dibujo y la poesía. Antes siempre tomaba notas y hacía esbozos, sobre todo en la calle y de viaje, pero también en fiestas y reuniones. Y escribía más en el blog.

Quizás fue porque encontré a Lorca y me puse a ser feliz y a tocar la trompeta. O porque en el fondo prefería beber y charlar y bailar. O porque de pronto tuve una cámara fantástica y me volví loca haciendo fotos. Pero no, creo que fue por lo del túnel carpiano después del parto. Durante dos años cualquier movimiento dolía horrores, ¡no podía subirme los pantalones sin aullar de dolor! Y claro, todo eran cosas inaplazables: pañales, cuidados, cocina, hogar, compra y sostener a un bebé que solo quería teta o vomitaba de tanto llorar (no sé si os ha pasado), actividades todas que complicaban la lesión. Me era imposible hacer la pinza (ergo, sostener un boli). Había vuelto físicamente a la prehistoria de la humanidad.

Al final me lo curé con una terapia de frecuencias bajas. Casi mil euros del bolsillo familiar, como debe ser en una sociedad que dice preocuparse por la familia, como tantas otras mentiras. Y como no podía trabajar sin mis manos (me dio mucho apuro volver al trabajo para pedir la baja, no sé, llamadme honrada), me sentía mal siendo solo madre (¡me acusaban de anti-feminista!), de modo que me puse a escribir una novela cada vez que mi niña dormía esos veinte minutos suyos de reloj, para lo que tuve que soltar familia, música y amigos y prioricé ser madre, compañera, amante ocasional, profesional (en algún momento, volví al trabajo), hija, vecina, ama de casa y activista. Porque el mundo, por simple lógica de cómo vamos a asegurarnos la supervivencia, está claro que no va a cambiar.

Jane Fonda en Julia de Lilian Hellman, una peli de Fred Zinneman para 20th Century Fox
Hace poco recibí información de extranjis sobre el informe del original que mandé. Al parecer, escribo raro, con mucha contaminación de más de una lengua e influencias de otros dialectos del español, básicamente de Latinoamérica, de modo que, al margen de la historia, calidad y posible filón comercial, habría que revisarlo todo, convertirlo al castellano estándar y, claro, como no soy Loriga (es el ejemplo que me pusieron) ninguna editorial apostaría por el material. Quise detectar de qué carajo hablaban. Y todos los errores que en media hora me mandaron a la cama deprimida y borracha, bastaron para comprender que el sueño es imposible y el peaje, impagable.

Thursday, January 25, 2018

Automatismo



Annie Leibovitz. Meg & Jack White - portrait

Uf, ya me he vuelto a clavar el cuchillo.
Tengo que aprender a dejar caer las cosas cuando resbalan.
¡Qué manía!
¿De dónde saldrá este automatismo de intentar pararlo todo al vuelo?



Tuesday, January 23, 2018

Las empresas pueden cambiar el mundo (acordemente con la luna, ¡Claro que sí!)


Una vez trabajé en un restaurante en América.
(sí, otra batallita de las mías, old Blanche).

En una de las dos reuniones diarias (¿sabéis que en los sitios donde se hacen reuniones dos veces al día y se acuerdan los temas de forma práctica no hacen falta asambleas y a veces ni sindicatos? No digo que tenga que funcionar, sólo digo que estuve en una corporación donde funcionaba, donde, además, los trabajadores éramos accionistas), bueno, pues en una de esas reuniones, los chicos, que eran minoría, plantearon que sería útil para el equipo saber cuales eran los días en que las mujeres menstruábamos. Nos pareció una idea genial, no solo porque así ya no teníamos que preguntarnos entre nosotras, sino porque íbamos a poder prever y organizar cambios de turno, acordemente con nuestras necesidades privadas y, además, nuestros compañeros podían organizarse también para cubrir turnos, a veces los buenos, a veces los malos, pero, oye, que mejor saber lo que va a pasar, si se puede ¿no? De modo que en el calendario enganchábamos una flor de vinilo con las iniciales de las que íbamos a menstruar.

Eso removió también el tema rollete en las noches de fiesta. 



Monday, January 22, 2018

Sunday, January 21, 2018

That's entertainment

He estado tanto tiempo enferma que ahora solo quiero soñar. Viajes que quizás no haré. Casas en las que muy improbablemente viviré. Es fácil, entras en los portales, lees las descripciones, miras las fotos y te trasladas. Claro, no hay nada como un buen libro, pero últimamente, todos me deprimen. Incluso los que empiezan con un chiste bueno, se acaban torciendo. Es como si fuera inevitable la insoportabilidad del ser. Incluso un buen cómico en algún momento da pena. Por eso no soporto el circo. Ni el zoo. Aunque no sé si los animales son conscientes de su trabajo como entertainers. Es el concepto de espectáculo en sí que me da grima.

La actualidad fue el gran entretenimiento que me ayudó a esperar. Ahora comprendo que fue lo que me enfermó en primer lugar.