Friday, November 29, 2013

¿Qué comen los pobres?


Ha sido un mes en el que me he visto confrontada a pijos, en una zona de la ciudad, además, de la que huí de joven, pues no podía sobrevivir en aquellos trabajos, con hombres y mujeres maleducados, prepotentes, superiores, manipuladores y agresores emocionales que siempre te harán sentir como una invisible pero muy apestosa mierda en el camino de su conseguir la chorrada que desean, para lo que, sin duda alguna, te utilizarán, aunque apestes.

En mi ingenuidad (me resisto a abandonarla, no quiero ser cabrona), de algún modo pensaba que este tipo de gente ya sólo existía en los telediarios, con el brazo levantado y la mano extendida y que lo del gobierno facha y su corte era algo que pronto caería por su propio anacronismo, estupidez y ausencia de belleza.

Con el cuerpo lleno del mal rollo que genera la exposición a las personas que se creen en el derecho de aprovecharse de los demás, cuyos trabajos consisten en la especulación, llego de noche al supermercado y ahí están las niñas de la playa de este verano, hijas de trabajadores, de uniforme del banco de alimentos, simpáticas, gráciles, convincentes (“Sobre todo que no caduque”).

Y al darme cuenta de que había terminado la semana, de que estoy en casa, de que elegí un pueblo y que la gente de mi pueblo es buena gente, me ha salido la frustración en forma de lágrimas (así de inútilmente).

Irónico que esta fuera la semana en la que preparaba un artículo sobre la asertividad, que personalmente no me ha servido de nada.

Y ya estaba en la cola del supermercado, con mi paquete de alubias, piña, alcachofas, atún y tomate natural triturado para el banco de alimentos y el saco de naranjas que había venido a buscar, creyéndome de vuelta a lo normal y libre de la gente de mal, cuando una muchacha rubia planchada, bronceada, carmín rosa, grandes pendientes brillantes y cazadora ajustada de algún animal peludo, se ha dirigido a mi amigo Tintín-J el reponedor:

“Ooooojeeeee, ¿me puedes ayudar? Quiero comprar algo para los pobres, pero no sé qué, ¿Qué comen los pobres?”

Tintín-J ha respondido perplejo: “pues lo que todo el mundo".

Y ella, juguetona: “no, va, en serio, que yo nunca he hecho esto, ¡recomiéndame algo! Va... Que es para los pobres, pobrecitos...”

Yo no podía dar crédito a la semana en general, cierre de Canal 9 incluido, y esto ya me superaba.

Emergía en mí la valentía que había sido humillada, avergonzada y discapacitada (me sorprende la parálisis que siento a veces ante situaciones que no comprendo que se estén produciendo).

Me salí de la cola dispuesta a soltarle a la pija: “pues a las víctimas de este sistema del cual obviamente tú te aprovechas bien lucrativamente, les iría bien un juego de sartenes, una cafetera, jabón para la ropa, vino, del bueno, alguna botella de cava, unas latitas de berberechos, almejas, mejillones, sardinas, cerveza...”

Pero mientras ordenaba todo esto en mi cabeza, Tintín-J le ha pasado un cartón de leche.

Confieso: no me siento nada orgullosa de mí misma, noviembre de 2013.

Sunday, November 24, 2013

Sinfonía de noviembre


Con esto del resfriado eterno le cuento a mi amiga tengo que llevar siempre bragas encima. ¿Normalmente no llevas? Me pregunta. No, no aclaro, quiero decir extras, por si se me escapa.

Aaaaaaaaaaaaachús, aaaaaaaaaaaaachús, aaaaaachís, aaaaaaaaaaaaachuá, y así hasta nueve veces mi compañero del fondo de la  oficina, a quien se une la compañera de al lado, caaaajú, caaaajóoooojoooojoooo, coooj, coooos, coooof, con su impaciguable tos. Por ahí que entro yo, poco antes que nos sigue la compañera de la ventana. Hay momentos en que parecemos estar coordinados por una varita mágica que guía nuestras agonías y nos lleva a veces al ritmo, cosa que siempre nos da risa.

Que yo recuerde, llevo así desde el mes de abril. Y que yo recuerde, los demás también. Pero como no tengo memoria y el tiempo es relativo, a veces creo que fue así siempre.

¿Serán las obras interminables en la calle? ¿Serán las obras interminables en el edificio donde trabajo? ¿Será que todo el mundo tiene animales en casa y me veo expuesta de modo indirecto? ¿Será el horroroso exceso de cabello de la gente? ¿La contaminación? ¿Las setas? Un médico le dijo a mi amiga que es normal, que la gripe de este año es así, que llevara siempre en el bolso agua de mar y gotas para los ojos, para evitar que se infecte toda la mucosidad.

Me dieron hora a las cinco semanas, para saber si es una alergia o qué pasa y cuando llegaba a mi cita me llamaron para decirme que la doctora estaba enferma. Ahora debo esperar otra semana.

Y así, tengo un nuevo repertorio de hermosa lencería, en mi bolso, junto al agua de mar y las gotas para los ojos.

Wednesday, November 20, 2013

Day of Wōdanaz


Cleopatra descargó millones de litros de agua en Cerdeña. Millones de litros de agua. ¿De dónde los habrá robado? Nosotros estábamos en un bar del Raval, en una jam a la que nos invitó mi profe de bajo. Lo escuché en la radio, volviendo a casa en autobús, pasadas las tres. Me he quedado holgazaneando en la cama hasta las once. Hacía frío. Aunque ahora aún más. He entrado en internet a buscar trabajo, que ya sé que no es la manera. ¿Qué más? Salí a buscar El Jueves. Comí lentejas con chorizo. Hice una siesta. No era mi intención. Al despertar hice mis cosas, pensando en ti. No recuerdo porqué no viniste a dormir conmigo.


Trobamos una mención a Godan en aragonés meyeval gracias a la traducción herediana de "Historia Gentis Langobardorum" de Pavlo Diacono adhibita a o libro "Breviarium ab urbe condita":
Recuenta antiguidat vna fabla la qual no es Res quelos vandalos acostantes se a Godan aq(ue)sti es qui es enues los Romanos Mercurio et es adorat de dios por todas las gens de germania / et demandaron victoria de los En muros et el Respondio que (dada) [daria] victoria adaq(ue)llos los quales primerament ueria qua(n)do el sol yxiria / et Gambara madre de Ybor / et de anyo acosta(n)do se a frena mugier de goda et Suplico le por los co(n)trario por uictoria delos (E)(G)uinilos la qual conssejo a Gatabara que las mugieres de los (E)(G)uinilos los cabellos sueltos ordenasen enues la cara a Sem(b)lança de barba / et quela p[(r)i]mera manyana con sus maridos Se alongassen a ueder godan en aquella Region en la qual era acostumbrado de guardar por la finiestra possada ves orient la qual cosa como fues facta Goda(n) uidiendo aq(ue)llas quando el sol exia diziendo que dixo qui son aq(ue)stas longas barbres la ora frena impetra q(ue) donas uictoria adaq(ue)llos alos quales auie dado no(m)bre (mas de el) (Cielo) es Res car uictoria de batallas no la da hombre mas de el Cielo viene mas Cierto es quelos longobartes son asi clamados de luenga barba no toquada ab fera como primerament fuesen dictos guinilo Et Godan fue en aq(ue)ste tiempo antes mucho antes ni fue en Germania antes en Grecia segunt quela antiguidat de los nuestros actors testifica


Saturday, November 16, 2013

Slann


I had this dream: we were making up poems, face to the cemetery, were your sister used to live. We could see the edges of some crosses, of wood and stone.
Deep, you said, not marble.
It had been raining. The grass was wet. There was some barking nearby and out in the distance a plane was taking off.
You were playing guitar ... Odd thing, since you never had hands.

Sunday, November 10, 2013

Tifón Haiyan


A 235 kilómetros la tormenta atravesó el territorio despedazando la vida, con ráfagas de hasta 275 kilómetros por hora y olas de 6 metros, lo nunca visto.

10,000 muertos sólo en Tacloban, la capital, pero miles de cadáveres tardarán en aparecer, mientras Haiyan se dirige a Vietnam del norte, donde se espera que aterrice.

Lloran los supervivientes, entre la peste de los muertos y los escombros. Estados Unidos y la ONU han activado desde el primer momento sus mecanismos de rescate y ayuda humanitaria.

¿Y Europa?

Thursday, November 07, 2013

Sunday, November 03, 2013

Pelos de Ronnie Wood

La casa en silencio. Todos se fueron. Se acabó el jaleo.

Y me siento huérfana de acción, con mi “novela” gris basalto, sin vida.

Me dijeron las señoras, cuando las vi: ¡qué suerte! Y pensé: ciertamente, he conseguido que me paguen algo por mis mínimos. Pero esta espina...

En el ciclo he aceptado que sólo alguna vez consigo un buen capítulo.

¿Opciones? ¿Sería capaz de sobrevivir a la huraña en mí?

Escuché a Julian Barnes decir: nadie te ha puesto una pistola en la cabeza para que escribas, así que deja de hacerte el mártir. También dijo que detestaba a la gente, que la gente siempre te hace perder el tiempo.

Una vez, dijo mi amigo H.L.: el día en que decidí dejar de querer escribir, fue el primer día de mi vida, el día de mi liberación, el tiempo se abrió como una fiesta de jardín en una tarde soleada de junio.

Ahora H.L. es trompetista.

Y lo cierto es que me siento terrible, porque murió la mamá de un amigo y no me alcanzó la energía para estar con él y todo cuanto he dormido son pesadillas. Hoy podría estar con él, pero hoy ya es demasiado tarde. Tan tarde como ser reportera, me dan miedo las guerras.

Al parecer, hoy desperté con pelos de Ronnie Wood, cosa que a Lorca le hizo mucha gracia.