Tuesday, May 27, 2014
Los duendes
Papá y mamá vinieron a verme. Quisiera no preocuparles, pero son imposibles los
secretos. Ya lo intenté una vez y me salió muy mal, así que decidí que nunca más.
Qué suerte, qué gran regalo, tenerlos. Su presencia inunda todo mi mundo de paz.
Sunday, May 25, 2014
Ernest Urtasun vs Sofia Loren
Anoche los amigos eran de la opinión de que todo es una farsa y no vale la pena ir a votar, que el poder corrompe, etc. Y yo insistí, precisamente, en la importancia de votar, de votar a los partidos no mayoritarios, los que tienen aún algo que hacer.
Bueno, una cosa llevó a la otra, comenzó la Champions, brutal desenlace, con un madridista entre nosotros, lo que convirtió un partido más bien aburrido en espectáculo. Y luego, claro, nadie podía conducir de vuelta a casa, así que nos quedamos a dormir.
Y tras la noche, el desayuno, el café, los cigarrillos, las conversaciones sobre sueños, fantasmas y casas embrujadas. Y más tarde el regreso. Con la tontería, casi se me olvida ir a votar, pero no, fui, ya está hecho, un candidato joven, inteligente, competente, que habla inglés y piensa muchas de las cosas como yo las pienso.
Mientras buscaba la papeleta, una señora ya decrépita, y no por su edad avanzada, sino por el baño en el perfume más inadecuado, el exceso de maquillaje, las uñas largas, rojas, curvadas, el cargamento de joyas y ese vestido de ir a conocer a la reina, escogía la papeleta del PP.
Bueno, una cosa llevó a la otra, comenzó la Champions, brutal desenlace, con un madridista entre nosotros, lo que convirtió un partido más bien aburrido en espectáculo. Y luego, claro, nadie podía conducir de vuelta a casa, así que nos quedamos a dormir.
Y tras la noche, el desayuno, el café, los cigarrillos, las conversaciones sobre sueños, fantasmas y casas embrujadas. Y más tarde el regreso. Con la tontería, casi se me olvida ir a votar, pero no, fui, ya está hecho, un candidato joven, inteligente, competente, que habla inglés y piensa muchas de las cosas como yo las pienso.
Mientras buscaba la papeleta, una señora ya decrépita, y no por su edad avanzada, sino por el baño en el perfume más inadecuado, el exceso de maquillaje, las uñas largas, rojas, curvadas, el cargamento de joyas y ese vestido de ir a conocer a la reina, escogía la papeleta del PP.
He pensado: he ahí la votante lógica del PP.
He buscado por la red fotos de alguna vieja pelleja que se pareciera a esta, pero no la he encontrado. En lugar, me he enterado de que Sofía Loren cumplirá este septiembre 80 años. Me pregunto si habrá votado en las europeas y a quién.
Tuesday, May 20, 2014
¿Pereza o frustración?
Es sorprendente la capacidad del ser humano para esconderse bajo un pretexto supuestamente cómodo y afirmar sin pestañear que nunca va a cambiar nada de todos modos.
Lo flipo.
¿Es la excusa de los
vagos, de los muertos en vida, o es la frustración después de
muchos intentos?
Creo que no, que la gente
que lo intenta lo sigue intentando, y que algunas personas nunca han
tenido la valentía de intentarlo ni la vez primera, ni por
curiosidad, ni por ganas, a ver qué pasaba.
Sunday, May 18, 2014
Jones Beach
Bajo la bruma de un sol atrapado, los niños juegan en uno de los patios. No se les ve, pero su algazara recorre el barrio, despertando este domingo incierto.
“Now I was by no means
so certain; doubt and worry plucked at me as we swayed together in
the car of a rackety subway train. We got off soon. The bus itself
left for Jones Beach from a dingy terminal on Nostrand Avenue, a
place swarming with unruly Brooklynites jostling for position to get
to the sun”.
William Styron. “Sophie's
Choice”.
Monday, May 12, 2014
De tanto querer la paz, casi entro en guerra
Esto comienza así: gritas. Ya sé que no va conmigo, que el mundo entero está en tu
contra, que no hay derecho, que las cosas no se hacen así, que
tienes que saber todo antes que nadie y que parece que lo hagan a
propósito, para dejarte en la sombra. Pero vas y me lo gritas a mí,
que soy la que estoy ahí, como Sancho Panza, aguantándote el
caballo, que ni el caballo te entiende, porque no haces por
entenderte y tampoco intentas entender a nadie. Y no es que no te
quieran contar, es que hay temas en los que tú, simplemente, no
entras, porque son y ya está, como el aire, el mar y el
ciberespacio. Pero antes de poder explicarte el mundo, para ser
profesionales y entender cuál es mi próxima asignación, te digo:
mira, no te enfades, baja de revolución, que me estás poniendo el
corazón a mil y ya sabemos como acaba... (Y quisiera decirte que
necesitas ayuda profesional, que yo ya no doy para más ni me pagan
por ello). Y entonces te sale la vena (lila en la frente), la rabia,
la soberbia entera: “hablo cómo me da la gana... ¡Eres tú la que
no debes hablarme así!”
Y al día siguiente los
“lo siento”, y los “que no te tomes las cosas así”. Y a
vueltas con el bucle, que ni sube ni baja.
Bueno, pues sí que es
terrible que yo sea tan permeable y tú tan androide, y que me
encuentre entre tú y los demás, en la incomprensión absoluta,
famélica comunicación, incluso odio, y que tenga que disfrazar
continuamente las cosas, para que el trabajo salga, y que de tanto
hacer el payaso ya casi se me olvida que en verdad yo estoy aquí
para servir a la sociedad, concretamente mediterránea, concretamente
universitaria, en la que vivimos, sino fuera por los pocos que
quisieran vivir en otro lugar pero siguen aquí, ralentizando.
Y me duele, porque sé que
no eres mala persona, pero es que tienes muchas limitaciones para el
cargo. Como si yo me empeñara en ser cantante de ópera. O
abstemia.
Y bueno, las limitaciones
también las tengo yo, que de tanto querer la paz, casi entro
en guerra.
Monday, May 05, 2014
James
Era la primera vez a solas y se hizo extraño. Estábamos acostumbrados a las bromas en el restaurante, a jugar en las fiestas y de repente fue obvio que no teníamos tanta intimidad como hubiera parecido, a pesar de que James era como un hermano, es decir, alguien con quien jamás me acostaría, no por ausencia de atracción, sino por presencia profunda de todas las otras cosas. Yo era inmigrante. Él, huérfano. No tenía familia. Bueno sí, tenía aquel tío de Chicago que lo maltrató de pequeño hasta que un vecino lo denunció y el estado pasó a ocuparse de James hasta su mayoría de edad.
Había ido a verle por una emergencia. Una reyerta en nuestra comunidad había terminado con un
incendio en la lavandería y yo no tenía uniforme de repuesto para
el día siguiente. James tenía lavadora y secadora en casa, era el
único de nosotros, creo.
El tiempo pasaba lento,
mientras esperábamos que acabara la colada. Vimos la tele, no
recuerdo qué. Intentamos hablar. Supimos que era el momento perfecto
para confidencias, para contarnos cómo nos sentíamos respecto a los
que nos ilusionaba y lo que nos jodía, pero no nos salió. Y después
de aquello, nos fuimos distanciando de modo natural, aunque él
siguiera ocupándose bien de mis mesas y yo continuara dándole parte
sustanciosa de mis propinas por ello.
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