Ya he comentado aquí la repulsión que me causan las máquinas tragaperras. Pues en la calle principal de mi pueblo pusieron a la luz del día y en horario escolar un salón de juegos, que en verdad es una casa de apuestas (no tiene ni billar). Claro que esto fue durante el anterior mandato, el del PP, que prohibió las bicis en la calle y autorizó la sala tragaperras (que si fuera un casino, mira, algunos turistas atraería, pero no, sólo son máquinas, para los más desesperados).
Para alardear de sensatez, que se les
da muy bien.
Luego se produjo en el salón del
pueblo de al lado el asesinato a sangre fría de uno de los
trabajadores en manos de un loco con arma porque la máquina no
devolvía.
Si es que es abrir la puerta a los
vampiros. ¿A cambio de qué?
Las Vegas como ideal
ReplyDeleteSi al menos viéramos nacer una banda como The Killers...
DeleteNunca he entendido cómo esas maquinitas pueden despertar tales adicciones. Claro que tampoco logro entender al PP (o mejor, prefiero no entenderlo). ¿Badalona?
ReplyDeletePosiblemente ;-)
DeleteHola! Pasaba por aquí y quise saludar.
ReplyDeleteHola! Saludo recibido :-)
Delete