¿Quién, en verdad, nos pone la presión? Nunca me identifiqué con el término "equidistante". No es verdad que esté a una distancia equitativa. Tampoco me es fácil culpar. ¿Cómo? ¡Siendo yo culpable de tantas cosas y sin confesión!
Me llama mucho la atención el grupo de enfermeras, enfermeros, doctoras, doctores, que se apuestan en la puerta de atrás del hospital para fumar. Es como si las maestras y los maestros sacaran en la secretaría la petaca de vodka y se tomaran unos chupitos. ¡Yo qué sé! ¡Igual lo hacen! ¿Quién soy yo para juzgar? ¡NADIE!
Deberíamos demandar a los sádicos por asesinos, por crueldad.
Quizás sea una buena estrategia comenzar por educar en contra del bullying, pero, sinceramente, ¿No sería más efectivo en este caso comenzar la casa por el tejado?
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