- No puedo más – dijo la chica
morena en la playa – no tienes ni idea del infierno, todas mis
amigas se han quedado sin novio a la vez – gesticulaba agobiada - ,
te llaman, lloran, te explican, se repiten, se vuelven a repetir. Que
porqué. Porque el amor, lo normal, es que termine, por eso. ¡Y
venga a recordar momentos! Oye, que no se ha muerto, les digo,
simplemente se ha terminado. No tenía que ser ¡Olvídate! La vida
continúa.
La otra chica, la que estaba de
espaldas, afirmaba comprensiva y bebía de su cerveza. De vez en
cuando, suspiraba hondo y miraba hacia el mar con expectación. Allí,
una maravillosa construcción en forma de carabela intentaba
virar el rumbo sin éxito.
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