Monday, May 12, 2014

De tanto querer la paz, casi entro en guerra



Esto comienza así: gritas. Ya sé que no va conmigo, que el mundo entero está en tu contra, que no hay derecho, que las cosas no se hacen así, que tienes que saber todo antes que nadie y que parece que lo hagan a propósito, para dejarte en la sombra. Pero vas y me lo gritas a mí, que soy la que estoy ahí, como Sancho Panza, aguantándote el caballo, que ni el caballo te entiende, porque no haces por entenderte y tampoco intentas entender a nadie. Y no es que no te quieran contar, es que hay temas en los que tú, simplemente, no entras, porque son y ya está, como el aire, el mar y el ciberespacio. Pero antes de poder explicarte el mundo, para ser profesionales y entender cuál es mi próxima asignación, te digo: mira, no te enfades, baja de revolución, que me estás poniendo el corazón a mil y ya sabemos como acaba... (Y quisiera decirte que necesitas ayuda profesional, que yo ya no doy para más ni me pagan por ello). Y entonces te sale la vena (lila en la frente), la rabia, la soberbia entera: “hablo cómo me da la gana... ¡Eres tú la que no debes hablarme así!”

Y al día siguiente los “lo siento”, y los “que no te tomes las cosas así”. Y a vueltas con el bucle, que ni sube ni baja.

Bueno, pues sí que es terrible que yo sea tan permeable y tú tan androide, y que me encuentre entre tú y los demás, en la incomprensión absoluta, famélica comunicación, incluso odio, y que tenga que disfrazar continuamente las cosas, para que el trabajo salga, y que de tanto hacer el payaso ya casi se me olvida que en verdad yo estoy aquí para servir a la sociedad, concretamente mediterránea, concretamente universitaria, en la que vivimos, sino fuera por los pocos que quisieran vivir en otro lugar pero siguen aquí, ralentizando.

Y me duele, porque sé que no eres mala persona, pero es que tienes muchas limitaciones para el cargo. Como si yo me empeñara en ser cantante de ópera. O abstemia.

Y bueno, las limitaciones también las tengo yo, que de tanto querer la paz, casi entro en guerra.

7 comments:

  1. Qué buen texto! Cuántas veces nos pasa! Un abrazo

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    1. Gracias por el halago y por la visita :-)

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  2. Seguro que Alonso Quijano necesita ayuda profesional, pero es el que ostenta el cargo, es el "Hidalgo don Quijote de la Mancha"... Entonces, Sancho Panza, tiene que ser obediente... (O dedicarse a escribir otra novela, en donde Alonso Quijano monte el asno, y Sancho Panza a Rocinante :p)

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    1. Buena observación...

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    2. Buena suerte con el "bucle"...

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  3. Gracias muchacho, estoy tomando medidas para romperlo y cambiar de aires :-)

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  4. Pues si!!!! a cambiar de aires, "Bon cap de setmana"

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