Sunday, March 29, 2015

De palos y hombreras


Me lo habían descrito: una pareja caminando por Londres, mirando la vida por la diminuta pantalla que filmaba el paseo ahí arriba, al final del palo de selfie. Y también a un grupo de veinte chinas en Florencia, dentro de un grupo de grupos de un total de unos trescientos chinos, que alguno podría haber sacado la foto de verdad, pero no, prefirieron hacerse el selfie con el palo.

Como hace tiempo que no salgo de mi pueblo, hay cosas que parece que no estén sucediendo. Pero el otro día venía de un recado en el tranvía y vi a un trotamundos con mochila y sandalias, caminando Wellington arriba a través del palo de selfie. Es difícil describir lo ridículo que me parece. Y no creo que sea la edad. Siempre me parecieron horribles las hombreras, tenía diecisiete años y se las quitaba a todas las prendas antes de ponérmelas.

Ahora resulta que los van a prohibir en los aviones, los palos.

Lógico.

¿Pasará la moda como pasó la de los cigarrillos electrónicos?

Me siento engañada, decepcionada. Todo me parece muy cutre, cheap, que dicen. Cuando de niña imaginaba la tecnología de la era 2000, eran avances mucho más importantes para la humanidad, no sé, la cura inmediata de las enfermedades, el fin de la energía nuclear, el fin de las guerras y el hambre, el teletransporte, la telepatía, los robots y máquinas que nos regalarían el tiempo libre para la exploración de nuestras capacidades irrepetibles y únicas. Pero no, en lugar, tenemos este infinito bazar repleto de gadgets en un planeta podrido, rodeado de basura espacial.


3 comments:

  1. Con el palo le daba yo en la cabeza a todo el que va por la calle con él. Por tonto/a.

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  2. No se puede ganar la guerra contra los palos. Ayer salí a caminar y me tropecé con la gente de los otros palos, los de caminar. Como si un paseo marítimo fuera el Puigmal, vaya.

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  3. Ah, sí. También están ESOS palos.

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