Sería como un examen, con la diferencia de que para un examen puedes estudiar y, en esto, dependía totalmente de la destreza de un cirujano y de lo que fuera a encontrar, una vez dentro. Un examen a vida o muerte. No, no debía exagerar, ni dramatizar, ni estar tensa. Le habían dicho que procurara estar tranquila. Tenía las drogas para ello, aunque no las tomara. Y el pronóstico era bueno. O eso le decían.
“Entonces, ¿qué
crees?”, insistió Toni. Ingrid no le miraba, no fuera a
decir que la veía triste, o enfadada, o preocupada, pero, ¿tan
difícil era de entender que ella fuera incapaz de hacer planes más
allá del libro que iba a llevarse al hospital? Toni, frente al
ordenador, esperaba impaciente una respuesta. La oferta del vuelo no
iba a durar eternamente y si querían ir...
Este Tony, como buen tío no se entera...
ReplyDeleteBueno, solo le falta un poco de madurez. ¡Saludos!
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