El bloqueo, ese gran monstruo vacío, indestructible. Crees que puedes llegar con tu espada de palabras o quizás con el sable apoteósico de tu instrumento y allí continúa: la nada. A veces hay que esperar, la imaginación no se puede forzar. Pero cómo vulnera que en sueños cabalgué a la bestia del lago y las olas cenicientas y bruscas me abatían; que en la casa del amor encontrara silencios y huecos, una caricia transgresora.
La aventura de la emoción, ¿cómo transmitirla?