Monday, November 03, 2008

El germen de la maldad

Queda un mes y medio de oscuridad antes de que el sol vuelva a remontar los giros de la galaxia.

Los muertos dejaron su estela de añoranza y los vivos estamos estupefactos, a la espera del martes 4 de noviembre. Con la diferencia horaria, no sabremos hasta la mañana del miércoles.

Pero n
adie va a cambiar ningún sistema.

¿Acaso quieres tú que cambien las cosas?

¿No es cierto que todos soñamos con ser o tener algún día aquello que nos dé la gana y que eso es lo que nos hace levantarnos de la cama?

Esa niña que ha muerto en manos de sus amigos asoma su cabeza mutilada por las rendijas de un mundo falso en sueños.

Hay sociedades, aún, en las que la belleza y la armonía son la espina dorsal de la estructura humana.

¿Y por qué no podemos curarnos de esta permanente presencia del horror?
¿No nacemos en amor? ¿No crecemos en amor? ¿No aprendemos que el amor por todo cuanto nos rodea, incluidos nosotros mismos, es lo más sagrado, más sagrado que un Dios, más sagrado que un equipo de fútbol, más sagrado que el dinero?

En el amor está el respeto.
En el amor está la razón.
Sin amor, los enfermos de espíritu retorcerán Edén una y otra vez, por resentimiento, por venganza, por las humillaciones sufridas.

Es como el placer. Es al reprimirlo, que se vuelve cruel.

La persona no nació para ser encerrada en pequeños nichos donde jamás se puede jugar al balón. Ni para aprender a disparar antes de saber en qué consiste la aventura de leer. Ni para que la esclavitud sea la eterna característica de cada civilización.
No.

3 comments:

  1. Todos llevamos el germen de la maldad en el interior, pero es tarea de nuestros padres el enseñarnos a controlarlo, si ello falla, todo lo demas se viene a abajo.

    ReplyDelete
  2. Ya ves, yo más bien creo que todos llevamos dentro el germen de la bondad y que ha fuerza de neutralizarlo, se consiguen altas cuotas de indiferencia, escepticismo, insensibilidad, pesimismo y crueldad.

    ReplyDelete
  3. querida stella, al final en el mundo resuena un grito estruendoso, y no sé si es de amor, creo que es de dolor... sin embargo, estoy contigo y creo en el ser humano y en su capacidad de redención y perdón, todavía creo que es posible, de ahí que el yes we can haya calado tan hondo no sólo en los EEUU sino en el resto del mundo que los mira, a veces desde la admiración, a veces desde el resentimiento...
    love,

    ReplyDelete