Bastan tus manos, tu sonrisa, la estructura de tu cuerpo.
Tu voz, tu abrazo, tu intelecto. Y esa inocencia alegre y noble, rota solo por madrugones o en la batalla.
Tu voz, tu abrazo, tu intelecto. Y esa inocencia alegre y noble, rota solo por madrugones o en la batalla.
En los límites de mi piel se contiene tu dulce beso. Mi amor.
Què bonic, Gina...
ReplyDeletePetonets!