Monday, February 28, 2011

The King of limbs

Durante una cena magistral, Lorca ha dicho: “tengo música”. Termina el mes con Radiohead.

Compartir música es una gran plataforma para las relaciones. Con la literatura eso no pasa. Compartir literatura es un tostón. El libro, te lo lees, lo disfrutas y en solitario te despides de él, con desazón, si te ha hecho vivir, con alivio si te ponía de los nervios y no conseguiste pasar de las primeras veinte páginas. El libro sólo permite “hablar de libro”. Y por lo general cae en el fallo técnico, la pasión fingida o la mediocridad, como Macaco, Love of Lesbian o Bebé.

Para hablar de Radiohead (grandes artesanos) tienes que saber de música, que no es lo mismo que entender de música, a pesar de que hay gente que se cree que por entender (distinguir entre aquí y allá), ya sabe.

Si con la música puedes ir a un concierto y compartirla ¿Qué haces con un libro? ¿Una película? Escribir es intentar convencer a otros de una vida que sólo existe si se vive.

Fue una semana de encuentros pendientes y cambios de tiempo. Un poco triste, me despido de febrero. Fue un mes que me trajo paz y dinero. Un mes de frío y sol. Un mes de revoluciones lejanas y medidas absurdas. La política, mes amis/es, es un churro.

The King of Limbs me transporta inevitablemente a Kid A, cuando desaparecí completamente y nací de nuevo. Luego regresé más o menos al lugar de donde venía. Pero ahora las cosas son distintas. Ahora toco el bajo y tengo orgasmos.

La fuerza latente en sus temas tiende explotar. Ya sé que el piano se enreda con unas algas y que Mr. Magpie robó la magia y la memoria, pero es sólo cuestión de tiempo, antes de que estos 37 minutos vuelvan a pigmentar todo un universo.


2 comments:

  1. Querida Gina, yo es que soy un poco hortera para la música... Un abrazo!

    ReplyDelete
  2. Yo también, niña. Pero una cosa es ser hortera y otra tener mal gusto ;-P Besos

    ReplyDelete