¡Tócame!

El placer de recuperar la vida después de dos semanas de dedicación.

Se necesita gran fe en el futuro para regalar de este modo lo mejor de una misma.

Supongo que eso es el trabajo público.

Lo defiendo aún, por muy cierto que sea que hay gente que se columpia. Como en todas partes.

Cambio mi posición y mi sueldo por el mismo perfil en la privada y veremos quien pringa más y quien cobra menos.

49 horas y aún queda mañana, sin horas ni vacaciones extra. Pero qué lujo llegar a casa y encontrarme a la Piva esperándome, gritando, tócame, ¡tócame!

Lo siento por las llamadas y explicaciones que debo, pero esta noche se la debo.