He ido a la pelu con el pelo limpio. Manostijeras
me corta mejor en seco y de paso me ahorro unos euros. ¿Os van bien las cosas?
He preguntado. Van tirandillo, ha murmurado. Las peluquerías, curioso, se
resienten siempre las últimas. La gente siempre tendrá que cortarse el pelo. Somos
como los dentistas. Mi hermano, sin embargo, trabaja en una editorial pequeña,
al borde de la quiebra: Cuatro meses sin cobrar.

Inmediatamente me he sentido desagradecida, in memoriam de los que no tienen curro,
ni lo han tenido en mucho tiempo, y ya se sabe por experiencia que las empresas
contratan antes a quienes ya tienen trabajo que a los que llevan tiempo en el
paro. Esas cosas inexplicables de nuestro mundo.
Manostijeras me ha visto apurada: si quieres corro la voz,
de que necesitas algo.
¡Encima!
No, no… ¡Por Dios! ¡Eso para los que no tengan ningún
sueldo! ¡Yo ya tengo el mío! Que no me quejo… Sólo es que antes podía hacer
tantas cosas más y ahora… Bueno, ahora no puedo comprarme juguetes, eso es
todo. Olvida lo que he dicho, me has dejado divina, gracias, ¿qué te debo?
Y al salir, me he sentido rata… ¿Hay que dejar propina en
las peluquerías?
Sí, la cosa está mala. Pero como decía José Mota: en no comiendo, sacaremos pa los gastos.
ReplyDeleteY en no durmiendo, que a los que seguimos con curro nos van a volver locoooooooooos!!!!!!!
ReplyDelete