Tras el picante intercambio habitual de barbaridades, ellos cuchillo en mano y yo la mirada en el mostrador, el carnicero me ha regalado dos morcillas.
Y volvía por la calle pensando que nada es perfecto, pero que siempre queda el buen humor de la gente y los gritos histéricos de los pájaros, cuando se desdibuja el cielo.
Disfruto de un vino que dejaron por aquí los vecinos el otro día y de esta emisora que recién he descubierto, Ocean Beach Radio, muy folkie (She talks to angels de los Black Crows en este momento) y pienso: como mola que te den morcilla.
me vuelven loca comer morcilla de cebolla, pero maldito "colesterol" ja,ja,(no es broma). Bon profit. Bona nit.
ReplyDeleteja ja ja!!! Maldito colesterol!!! Malditos roedores!!!
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