Dos grandes madres deben ser, din duda,
la Cospedal y la Camacho, después de que los españoles pagáramos
las técnicas que les permitieron tener progenie sin una pareja.
Alicia dijo en una entrevista a Vanity
Fair (¿de veras la Camacho es de interés de tal revista? Debe ser
después de la reforma estética) que: “no renuncio a que mi hijo
tenga un padre. Mi hijo se va a educar, si Dios quiere, en una unidad
familiar con un padre y con una madre. No creo en el modelo educativo
de dos personas del mismo sexo. Y, aunque yo he hecho la opción en
solitario, espero llegar a tener la pareja que mi hijo necesita”.
Si me preguntan a mí, diría que lo
que califica ser padre y madre no tiene nada que ver con quien forme
tu unidad familiar, sino que ésta exista y que en ella haya amor y
paz. No conozco a Alicia ni a Dolores, pero no confío en su
capacidad de amar.
Sin embargo, mujeres universitarias que
no se han conformado con la primera pareja, sino que han invertido
tiempo y vivido el trauma de las separaciones necesarias para poder
encontrar al amor que podría dar estabilidad e inteligencia
emocional a un hogar, se ven privadas de tales ayudas por tener más
de 40 años.
Y ahora, personas que podrían fecundar
y crecer a niños y niñas que un día trabajarán y pagarán los
impuestos que nos permiten, entre otras cosas, una educación pública
y una sanidad de primera calidad (a menos que el PP siga en el poder
robando dinero, derechos y dignidad a este país tan expoliado), ¿no
podrán acudir a nuestro sistema de sanidad porque no quieren
inseminarse a través del contacto directo?
Luego ves parejas por la calle, tan
jóvenes y lozanas y heterosexuales (presuntamente) arrastrando de
los cabellos a tres o cuatro niños maleducados, violentos y
chillones, producto de unos padres coléricos que viven en la
histeria continua de una situación que en verdad no han deseado.
Y en Vanity Fair tienes que leer la
estupidez monumental de que si el hijo de la Camacho no tiene padre
es porque no ha aparecido el hombre perfecto.
¿No estaremos ante un lesbianismo
reprimido? Eso explicaría muchas, muchas cosas.