Ninguna ficción es perfecta. Nada es perfecto. Había por fuerza que introducir tópicos manidos y pistas absurdas para que nos diéramos cuenta de que todo era mentira desde el principio ¿o qué íbamos a hacer? ¿Salir corriendo todos a Francia?
Yo pensé, mira qué gracia, el Évole, jugando a Orson Wells con su versión de la guerra de los mundos, a ver hasta dónde llega. ¿Seguro que no es verdad? Preguntaban en casa... No sé - respondí siguiendo la broma-, es la televisión, nunca sabremos ¿no?
Pero ya sabemos, en este
país se critica más a Penélope Cruz, que es guapa, buena actriz y
triunfa en Hollywood, que a la Saenz de Santamaría, que creyó ser
guapa e incluso se hizo fotos en plan actriz. ¡Qué diablos! ¡el
problema es el mismo de siempre! ¡La envidia!
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