Era jueves, llovía, y después del recreo, en clase de francés, el profesor Alfonso, que tantas herramientas nos dio para usar la imaginación y ser libres, debió considerar que era el momento de presentarnos la cantata (que obviamente no tenía nada que ver con el francés, pero así era el espíritu de la época).
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Permanecimos quietos, callados, cada vez más tristes. Sentimos juntos el dolor de la injusticia. Nada nos pareció más cruel que encerrarlos en la escuela con una falsa promesa y quemarlos vivos. Hombres, mujeres y niños.
Era sexto de E.G.B. Era diciembre. Yo estaba a punto de cumplir once años.
Los profesores tienen mucho que enseñar, no sólo la materia a la que fueron asignados.
La cantata és un abans I un després a la història de molta gent
ReplyDeleteDoncs sí. Així és. I escoltar-la impresiona sempre, com si estigués passant ara mateix.
ReplyDelete"No sigan allí sentados, pensando que ya pasó".
Gràcies per la visita.
Brutalmente didáctico...
ReplyDeleteApasionados recuerdos.
Thanks!
¡Besos Gumo!
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