Debe ser el calor, ahogado brevemente en la tormenta, que me ha traído esta sensación familiar, de estar llegando a tu casa para un partido del Ron Negrita Joventut. El aroma a jazmín de la calle, a tierra mojada, a pólvora de San Juan. La excitación de estar con mi gente favorita, de reír absurdamente, tal como era nuestro humor, tal como intentamos que siga siendo. Aunque nunca es lo mismo sin ti.
Un amigo comentó que somos como un clan, los que quedamos, que hablamos en clave, que nuestras bromas son un sinsentido que crece en espiral hacia el disparate, que sin duda es un fenómeno-herencia del barrio donde nos criamos. Y yo corrijo: estoy convencida de que es herencia tuya. Cualquiera que lea tus cuentos lo vería.
Deber ser el calor, o la lluvia, o porque comienzo a entrar pronto en la oficina para regresar antes a la tarde. Estas ganas de bailar, este sentirme joven. ¡Y vieja! A años luz de ti, y a la vez, no podía haber estado más cerca. He reído absurdamente. Y casi he llorado, también. Exactamente como entonces.
¡Cuánta nostalgia condensada en tan pocas líneas!... Me gustó mucho...
ReplyDeleteGracias :-)
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