La acabo de estrenar, ahora que mis padres están al cargo un rato. He escrito lo que soñé, o lo que queda de ello a estas horas. Algo angustioso, regresivo, fantasmal. Mi letra es horrible y ya no puedo escribir pequeño. Me ha entrado un calambre en la mano. Se me ha abierto el corte del dedo. Veo que no tengo las muñecas curadas aún. Y el contacto con el papel, tan seco, me ha dado dentera. Supongo que cuando escribía a mano cartas de quince páginas a doble cara mis manos, a parte de ser muy jóvenes, no se pasaban el día fregando.
Quizás cuando vuelva a intentarlo me ponga los guantes de látex.
De momento, y una vez escrito, el sueño es una soberana tontería de estas que proyecta el inconsciente de quien quiere ser valiente y es cobarde, o sea, yo. No creo que al teclado hubiera sido menos cutre que a boli.
Yo también compro a veces libretas, y tampoco puedo ya escribir con letra pequeña. Y qué decir de la caligrafía! Y de mis sueños!
ReplyDeleteSic transit gloria mundi, my friend.
Algún sueño extraño aún quedará...
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