Saturday, April 28, 2018

New York


La habitación olía a insecticida y salfumán. Lo primero que hicimos fue abrir la ventana. No nos atrevíamos a dejar la bolsa en ningún lugar. El suelo estaba pegajoso. Las colchas de la cama, roídas, con manchas. Me acerqué a olerlas y le dije a Casey que no pensaba dormir allí, mucho menos echar nuestro primer polvo de casados. Casey salió por la ventana y se sentó en la escalera de incendios a fumar. Yo necesitaba ir al lavabo, de modo que me perdí por sórdidos pasillos de luces parpadeantes hasta encontrar uno. El lavabo parecía decentemente limpio. Eché el cerrojo e intenté relajarme, relativizar la situación. Al fin y al cabo, estábamos en New York, que era lo que los dos habíamos querido.

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