Lejos de domesticarme, el tiempo ruge en mis tobillos. Saltaré como en los sueños.
Sé que estás aquí, escondido en los muros.
De qué podría tener miedo, si al vivir sólo conozco las manos del amor, siempre sorprendentes, llenas de vida.
Avanza el día turbulento hacia una noche inédita. Quiero besarte. ¡Ah! ¡Cómo quiero abrazar tu ímpetu, tus ganas! ¡Que corra el vino! ¡Que el agua rompa viejos diques! El beat nunca morirá. Todas las lánguidas melancolías de ayer pueden irse hoy a tomar por el culo.
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