Thursday, October 08, 2009

And Then There Were None



Por la mañana Millet ya no estaba, y quedaron nueve negritos. Al amanecer del día siguiente, Correa ya no estaba, y quedaron ocho negritos. Pasó un día y hallaron el cadáver de Berlusconi, y quedaron siete negritos…


En el mundo real no funcionan los cálculos de Agatha Christie. En verdad muchas figuritas serían necesarias y una canción de cuna muy larga debería ser cantada en una isla misteriosa donde timadores y estafadores de primera fila (con un vocabulario del que cualquier indigente honrado se sonrojaría) deberían sufrir sus últimas horas reflexionando sobre como han fundado sus imperios ilegítimos a costa de los demás.



2 comments:

  1. Guinda1:53 AM

    Me ha gustado mucho este post sobre el panorama un tanto deprimente que nos rodea últimamente y tu deseo final para los estafadores y timadores. Me pregunto si alguna vez reflexionan...

    ReplyDelete
  2. Ahí está la gracia... Es la proximidad de la muerte (en sí y aún más como condena) lo que te hace reflexionar.

    Ciertamente, es injusto que sólo las buenas personas tengamos problemas de conciencia.

    Gracias por visitar. Un abrazo.

    ReplyDelete