El post de Paula me ha hecho pensar en todo esto de la magia, lo cual me ha llevado a las leyendas.
Las leyendas son historias de las que han quedado testimonio, escrito, artístico o arqueológico. Tal es el caso de las amazonas, que existieron en los tiempos remotos de los dioses del Olimpo, quizás antes, y que existían aún en tiempos de la invasión de América, cuando los buscadores de riquezas a costa de las vidas de los demás llegaron a tierras e islas habitadas por seres distintos.
Las leyendas son historias de las que han quedado testimonio, escrito, artístico o arqueológico. Tal es el caso de las amazonas, que existieron en los tiempos remotos de los dioses del Olimpo, quizás antes, y que existían aún en tiempos de la invasión de América, cuando los buscadores de riquezas a costa de las vidas de los demás llegaron a tierras e islas habitadas por seres distintos.
Cuentan las crónicas de aquellos viajes que Pizarro llegó a una isla donde todo eran mujeres guerreras, que dejaban que los hombres las visitaran una vez al año para fornicar y que de sus embarazos conservaban a las niñas y mataban a los niños. Parece ser que el río Amazonas se nombró así en honor a las tribus de guerreras que habitaban sus orillas.
Etimológicamente, hay variedad. Existe la derivación del iraní, ha-mazan, “guerreros”. También del griego amazón, o sea, sin seno, puesto que se cortaban un pecho para poder manejar mejor el arco.
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