Ahora que dependemos del viento, lo mismo que los soñadores han cantado desde que existe la conciencia de libertad individual, es más material la negatividad en el ambiente. Fijaros como hay personas que con expresión neutra tienen los labios curvados hacia abajo, contraídos, amargados.
Es cierto que las circunstancias no van a favor. Pero también nosotros hacemos las circunstancias.
Cada uno se sabe lo suyo.
Yo no voy echando la culpa a los demás de mis infortunios.
Tengo manos, piernas y dientes. Y cuando estoy en contra, peleo, me rompo, me hundo, me muero y vuelvo a nacer. No espero a que otros resuelvan lo que yo creo que sería mejor para mí. Ya hace tiempo que acabó la escuela.
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