Monday, March 14, 2011

Sillas, Japón y la prehistoria de la red

Algo se pierde siempre, pero si podemos sentir que algo hemos ganado, la vida sigue siendo nuestra.

La felicidad tiene un gran obstáculo: la conciencia. Es difícil ser feliz cuando los demás no lo son, incluso cuando tu felicidad es bien simple, un haz de luz, el canto de un pájaro exótico mientras descargas tu vientre por las mañanas. Esas cosas… A veces parece que la gente necesite mucho para ser feliz, a veces les ofreces un trabajo y te dicen que no, que eso no es lo suyo…

A la insatisfacción hay que añadir el miedo: los volcanes, las nucleares, los terremotos, los maremotos, las tormentas solares, el hombre que es un lobo para el hombre, y que pronto nos cobrarán también por estar en Internet, a parte de lo que pagamos para poder acceder a ella.

A veces me sobrecoge el viejo sonido dial-up. Weeee WeeeWaaaaWaaaa… Nunca dejó de ser molesto, pero tenía algo místico. Sentías que ibas a entrar en otro mundo.

La nube se rompía sobre la montaña, al anochecer, y podías ver las moléculas de luz moribunda despeñarse carretera abajo, y podías oler el cansancio del invierno, sus ganas de marchar. Hoy.

No cambiaría mi vida, pero hay emociones que nunca sentiré, como la de ser madre.

No pasa nada… Algo se pierde siempre, pero si algo ganamos, la vida sigue siendo nuestra. No me hubiera quedado en ninguna de las sillas que encontré por el camino. Nunca fui más feliz. De niña, esto era lo que quería. Así que de algún modo, supongo que he triunfado.

Winter's cityside
Crystal bits of snowflakes
All around my head and in the wind
I had no illusions
That I'd ever find a glimpse
Of summer's heatwaves in your eyes
You did what you did to me
Now it's history I see
Here's my comeback on the road again
Things will happen while they can
I will wait here for my man tonight
It's easy when you're big in Japan



2 comments:

  1. La conciencia como obstáculo que nos impide llegar a la felicidad... Debe ser por eso que mi madre siempre me decía: no pienses, hijo, no pienses. Gran consejo para las horas negras.
    Pero, si no he entendido mal, eres feliz, nunca has sido tan feliz como ahora. ¡Bravo! ¡Ahora es cuando no hay que pensar!

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  2. :-) A pesar de ello...

    Mi padre, que es un sabio, me contó que la felicidad es una semilla que llevamos dentro y que sólo nosotros podemos encontrar. No depende de nada. Está ahí. Pero pensamos que necesitamos que todo sea perfecto a nuestro alrededor.

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