Hasta hace poco creía, con toda lógica, que las víctimas y verdugos de la
guerra civil y de la dictadura, las víctimas de los abusos sexuales familiares
encubiertos y los siglos de Inquisición sobre nuestra natural predisposición a la diversión, habían creado un estado de trauma general y que era muy
difícil llegar a la luz, a la broma, al estado distendido de las cosas.
Pero los Monty Python crearon La Vida de Brian... ¿No nos
redimía eso de la losa de la compostura? ¿Por qué seguimos bajo el polvoriento mando
de la señorita Rottenmeier?
Lo mismo nacemos y vivimos y morimos después. ¿Qué más da si
la broma fue acertada o no? Si vivimos con el miedo de acertar la broma, nos
pasará como con los idiomas, que nos quedaremos congelados al guturar
el primer sonido. Y así seguiremos siendo el país que nunca lo consigue.
¿En el trabajo? ¿Bromas? ¿Qué es esto? ¿Google? No, esto es un
monasterio. Si te pasas, recibirás una amonestación.
¡Ni que una broma afectara a la calidad del producto! Igual
sí, igual si nos echamos unas risas somos capaces de ver más allá de las libretas en que cada uno apuntamos lo que entendimos en la reunión y luego resulta que cada uno entendió lo que quiso.
¡Ah! ¡Qué nostalgia aquella América judía de Seinfeld en la
que decir “es una broma” te salvaba de todo!
En cambio, observo con vergüenza ajena como “España” (que no
es otra cosa que la marca del parque temático adónde los jóvenes de Europa vienen
a emborracharse y quilar y adónde, ya jubilados, volverán a esperar la muerte al sol), se subleva ante el insulto “a la nación” (¿?) que
supone que un programa francés haga mofa de hipotéticos dopajes en deportistas
españoles. Si acaso el insulto sería que el control
antidopaje y la correspondiente agencia lo pagaremos los contribuyentes, cuando
los deportistas de élite viven en mansiones. Porque el control – y ahora fuera
bromas –, lo pagan los mismos deportistas ¿verdad? Considerando la mutilación
(¡qué magnífico eufemismo el de “recorte”!) de la sanidad y los derechos
laborales, sería una broma pesada descubrir que la Agencia Estatal
Antidopaje está financiada con dinero público. ¿Copagan los deportistas una
parte, igual que nosotros las recetas?
En Catalunya, como si no hubiera problemas de colonización, paro,
transporte, corrupción y contaminación sigue siendo tema del mes la
Gala Gaudí, los “oscars” del cine catalán,
que a principios de febrero crearon polémica por su supuesto bajo nivel
intelectual, aunque la irreverencia del guión hiciera gala, más bien, de la
poca capacidad de este país, dentro de otro país, dentro de la Europa más aburrida de
todos los tiempos, de acertar en la línea de humor adecuada para que las
críticas resulten graciosas y no penosas.
Pero bueno, ¿Cómo hacer bromas graciosas si ¡Hemos crucificado a Garzón!?
a mi, en lo personal, hay cosas que no me gustan ni en broma, pero bueno hay que darle a cada cosa su debida importancia... esos temas "nacionalistas" pueden poner el dedo en la llaga de muchas personas.
ReplyDeleteun saludo amiga.