Saturday, February 18, 2012

Fräulein Rottenmeier


Hasta hace poco creía, con toda lógica, que las víctimas y verdugos de la guerra civil y de la dictadura, las víctimas de los abusos sexuales familiares encubiertos y los siglos de Inquisición sobre nuestra natural predisposición a la diversión, habían creado un estado de trauma general y que era muy difícil llegar a la luz, a la broma, al estado distendido de las cosas.

Pero los Monty Python crearon La Vida de Brian... ¿No nos redimía eso de la losa de la compostura? ¿Por qué seguimos bajo el polvoriento mando de la señorita Rottenmeier?

Lo mismo nacemos y vivimos y morimos después. ¿Qué más da si la broma fue acertada o no? Si vivimos con el miedo de acertar la broma, nos pasará como con los idiomas, que nos quedaremos congelados al guturar el primer sonido. Y así seguiremos siendo el país que nunca lo consigue.

¿En el trabajo? ¿Bromas? ¿Qué es esto? ¿Google? No, esto es un monasterio. Si te pasas, recibirás una amonestación.

¡Ni que una broma afectara a la calidad del producto! Igual sí, igual si nos echamos unas risas somos capaces de ver más allá de las libretas en que cada uno apuntamos lo que entendimos en la reunión y luego resulta que cada uno entendió lo que quiso.

¡Ah! ¡Qué nostalgia aquella América judía de Seinfeld en la que decir “es una broma” te salvaba de todo!

En cambio, observo con vergüenza ajena como “España” (que no es otra cosa que la marca del parque temático adónde los jóvenes de Europa vienen a emborracharse y quilar y adónde, ya jubilados, volverán a esperar la muerte al sol), se subleva ante el insulto “a la nación” (¿?) que supone que un programa francés haga mofa de hipotéticos dopajes en deportistas españoles. Si acaso el insulto sería que el control antidopaje y la correspondiente agencia lo pagaremos los contribuyentes, cuando los deportistas de élite viven en mansiones. Porque el control – y ahora fuera bromas –, lo pagan los mismos deportistas ¿verdad? Considerando la mutilación (¡qué magnífico eufemismo el de “recorte”!) de la sanidad y los derechos laborales, sería una broma pesada descubrir que la Agencia Estatal Antidopaje está financiada con dinero público. ¿Copagan los deportistas una parte, igual que nosotros las recetas?

En Catalunya, como si no hubiera problemas de colonización, paro, transporte, corrupción  y contaminación sigue siendo tema del mes la Gala Gaudí, los “oscars” del cine catalán, que a principios de febrero crearon polémica por su supuesto bajo nivel intelectual, aunque la irreverencia del guión hiciera gala, más bien, de la poca capacidad de este país, dentro de otro país, dentro de la Europa más aburrida de todos los tiempos, de acertar en la línea de humor adecuada para que las críticas resulten graciosas y no penosas.

Pero bueno, ¿Cómo hacer bromas graciosas si ¡Hemos crucificado a Garzón!?



1 comment:

  1. a mi, en lo personal, hay cosas que no me gustan ni en broma, pero bueno hay que darle a cada cosa su debida importancia... esos temas "nacionalistas" pueden poner el dedo en la llaga de muchas personas.
    un saludo amiga.

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