Morgan arrancó un papel de su libreta y pidió que nos lo
pasáramos y escribiéramos, aquel juego que los surrealistas nos regalaron.
Claro que habíamos jugado otras veces, es un juego recurrente. Pero fue quizás
el exótico acento de Morgan al pronunciarlo, cadavre exquis, que revolvió a la insatisfecha en mí, a la melancolía del tiempo perdido.
Estos niños y niñas, los hijos de mis mejores amigos, que te
miran y te dicen: “vaya ojos, ¿tú no conduces, verdad?”…
Quizás las golondrinas no volverán, quiero decirles, pero no
puedo, porque su alegría está tan intacta y no quiero perder la mía…
Pero así es, en el pueblo de donde todos venimos: este año
ya no volvieron las golondrinas. O, para ser exactos, volvieron y no pudieron
quedarse. Realizaron su viaje de 10.000 km desde África, 300 km por día, sin
descansar, sin apenas comida, y llegaron con las fuerzas justas a donde el año
pasado dejaron el nido, para descubrir que por hacer demasiado ruido y además
ensuciar, la gente había protestado al ayuntamiento y éste, saltándose
toda ley de protección de las especies, había eliminado los nidos
del pueblo.
Sólo Morgan vive todavía allí. Quise preguntarle si despertó
una mañana y encontró a exquisitos cadáveres adornando el asfalto. Pero
bastante duro era no caer en hablar de Bankia, ni en cómo tan obviamente España
se convierte en el basurero de Europa, ni en las ganas de asesinar que da que
la gente mate a las golondrinas y sin embargo acoja sin aprensión otro
cementerio nuclear.
golondrinas, "orenetes" (hirundo rustica). forman parte de mi vida, queda claro que no podria vivir en ese pueblo que prefieren respirar "mierda" con perdón a tener la alegria de escuchar su refilar y ver su vuelo. Es diu "que l'oreneta porta sort a la casa on fà el niu". -amantis-
ReplyDeleteDoncs ara a moltes persones se les menjaran els mosquits...
ReplyDeleteay ay ay mucha gente no sobrevivirá al salto cuántico!
ReplyDelete¿A qué te refieres, Demian?
ReplyDeletedoncs estic de sort!!!!! encara hi estant envoltada de contaminació, a mig metre del meu balcó han fet el seu niu, i cada matí quan em llevo, sorto al balcó per assegurar-me que segueixen fent-me companyia.
ReplyDelete;-)
olé olé annuska!
ReplyDeleteMi hijo y yo jugamos a veces a cadáveres exquisitos en su versión gráfica: papel doblado, dibujos que se encadenan, gran sorpresa o gran decepción final; poco importa el resultado, la cosa es que el niño esté entretenido. Ya sé que puede parecer pedante, pero es así: jugamos, mi hijo y yo, a cadáveres exquisitos.
ReplyDeletePedante no... Suena delicioso :-)
ReplyDeletepues al cambio cuántico que supuestamente habrá a finales de este año, al que no sobrevivirán todos los humanos. Un idea descabellada e inverosímil que no estaría mal que sucediera jaja.
ReplyDeleteCuando pienso en un cambio cuántico, me imagino a la gente desmocularizándose, como en la peli aquella del cortador de césped. Eso no es tan inverosímil... Ja Ja Ja (con entonación bruja)
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