Thursday, May 03, 2012

El carnicero


Luisillo nos consigue la pieza que nos llevó un tiempo saber pedir, tras un arduo trabajo de investigación. Incluyó el examen de mapas del animal, tres diccionarios y la suerte de que finalmente una muchacha, en el mercado de la Abacería, supiera decirnos el nombre, “porque había estudiado”, frente a su perplejo empleador, que no sabía exactamente, como otros carniceros antes y otros después, de qué estábamos hablando.

Luisillo despacha hoy, en lugar de María, que hoy recoge. Con María ya somos amigas. Cuando estamos solas en la tienda, soltamos barbaridades íntimas, chistes espontáneos y unas risas.

Luisillo, del cual no comprendo el diminutivo, pues es un hombre mayor y en apariencia nada amable ni simpático, me anuncia que como llevo dos semanas sin ir, me ha guardado tres “piezas” (¡no revelaré el nombre!), envasadas al vacío, y me pregunta si las quiero. Su tono es amenazador y a veces pasan meses sin que llegue ni una, que desaparecen en el matadero, así que no me atrevo a decir que no.

También le pido un conejo.

- ¿Cómo te hago el conejo? – pregunta el Luisillo.

Yo estoy preocupada, porque no veo que queden croquetas (excelentes que las hacen) y mañana será el aperitivo del viernes, con los Hermanos Pizarro y la partida de dados. Percibo que María me mira de reojo.

- Que como te lo hago, el conejo – insiste él.

Y ya nos da el ataque de risa; y el pobre Luisillo sin saber qué decir, de tal modo que me cobra y se retira a la trastienda sin darme ni la compra ni la vuelta.

- Ay, ¡la primavera! – Le amonestamos, muertas de la risa.

Y de lejos grita:

- ¿Yo? Sí, coño, ¡encima!


4 comments:

  1. Me gusta este relato, consigues crear atmósferas naturales y agradables, donde de pronto salta la chispa cotidiana de la sorpresa.

    Salud
    Manuel

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  2. Anonymous9:20 AM

    Me encanta la foto, es tan entrañable!

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  3. sí, es exactamente igual que en mi infancia, cuando los sábados me mandaban a por el conejo a la pollería. Sólo que en lugar de un hombre había la mamá de mi mejor amigo.

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