Anoche vi un rato la gala LFP, este desfile de hombres que, a excepción de Cholo y Ramos, no saben reír. Habrá a quien le parezca normal que las novias de los futbolistas vayan del brazo de sus hombres vestidas de regalo.
Habrá quien se haya
acostumbrado y ya no sienta náusea ante la noticia del ahorcamiento
en Irán de Reihané Yabarí por matar en defensa propia al hombre
que la estaba violando.
Habrá quién lea en el
periódico de hoy que un hombre y toda su familia (madre y hermana
incluidas) tuvieron secuestrada durante 12 días a una mujer con
graves heridas internas, tras una brutal paliza, y aún sometida a la
agresión sexual durante el cautiverio, que al fin consiguió escapar
y ponerse a salvo, y piense, joder, un crimen más a la lista de
atrocidades, o, qué habrá hecho ella, no conocemos toda la
historia.
Y las leyes contra
acosadores, violadores, agresores y hombres que, por el motivo que
sea, piensen que una mujer merece un maltrato, siguen sin
endurecerse. ¿Cómo, si muchos de estos monstruos están en posición
de poder?
Ni el burka es la solución
ni Booty,
el último vídeo de Jlo, por mostrar culos grandes y poderosos, la
reivindicación última de una feminidad fuerte y autosuficiente.
¿Para cuándo galas de
mujeres y hombres científicos que nos expliquen los misterios del
universo y la materia? ¿Para cuándo tertulias sobre la muerte de la filosofía, en esta era de hastío materialista? ¿Y si dieran
por la tele el fútbol de mujeres, que digo yo que también tendrán
su liga?
¿Podemos presumir de
mundo moderno, con estos espectáculos y estos sucesos?
Podemos, por supuesto,
play along, seguir el rollo, comentar, participar, hacer ver que en
verdad todo forma parte de una misma frivolidad. Pero no nos
engañemos, todo forma parte del mismo plan: humillar a la mujer, ese
ser inferior. Y cuando la mujer participa activamente de ello, en
occidente, está defraudando y mermando la emancipación de las
mujeres en comunidades más agresivas.
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| Irina Shayk, modelo y novia de |
