Tuesday, December 09, 2008

Agua higiénica

El sabor del agua no se mantiene.


¿Qué pasa en mi casa que el jueves está buena y el sábado está mala?

Luego el agua de aquel pueblo que me gustaba, vuelvo y me deja la garganta arenosa, yesosa y la lengua con ansia de libertad.


Ni siquiera el agua del mar sabe lo mismo de un verano a otro. Quizás se salva el agua de algún río, allá por el nacimiento en las cimas. Pero con tanto animal que por allí pasta, ya hace tiempo que no acerco mis labios al arrollo.


No sé, tanto alarmismo con el cambio climático (¡Qué otoño más frío, qué anormal!) y nadie dice nada del sabor del agua.


¿Será que tan ecológicos nos hemos vuelto, que ni bolsas del súper tendremos en casa para meter en el cubo de basura y habrá que comprarlas (usarlas las vamos a usar igual pero el beneficio ahora será para otros, con lo bien que nos iba reutilizar), tan ecológicos, digo, que todo el mundo bebe agua de botella?


Pues ya ves, dicen que tampoco es tan higiénica.


Eso sí, sabe mejor. Pero... No debía saber a nada ¿no?

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