Tuesday, February 19, 2013

Sofie


Tenía quince años y mi tía me invitó de vacaciones a Francia a visitar a sus amigos. En el paquete estaba incluida Cécile, la hija de los amigos, a quien ya conocía del verano anterior y con la que había mantenido correspondencia durante el invierno. Cécile tenía sentido del humor, pero nunca lo mostraba. Era tremendamente seria. Había que pasar muchas horas con ella para que al fin un par de minutos relucieran.

Viajamos los cinco a una mansión en las colinas de Marsella que pertenecía a un hombre que no estaba. La amiga de los amigos vivía allí con una muchacha que no era hija de ninguno de los dos.

La mujer gritó a Sofie que habíamos llegado y una respuesta atravesó enormes estancias de vuelta: “estoy en el baño, las chicas, ¡que vengan!”.

Cuando dimos con ella, la encontramos desnuda en una bañera de porcelana, pasándose la cuchilla por la piel más fina. Yo nunca había visto nada así. Y nunca había visto a una chica tan bonita. Tenía catorce años, pero en todos los sentidos era una mujer, sofisticada, elegante, excéntrica, cosa que ninguna de nosotras dos era.

Con los días, crecía mi fascinación. Sofie entraba, salía, hacía lo que le daba la gana. Reía como una diva. Bebía champán para desayunar. Nos miraba como si fuéramos animales en el zoo. Cantaba. Y en las cenas, hablaba de política y argumentaba con los adultos. Venían a buscarla chicos musculosos en moto y no regresaba hasta el día siguiente a la hora de comer. También, a veces, se ocupaba de nosotras. Nos llevó a la playa y a una fiesta, en la que Cécile vomitó y a cuya salida tuvimos que huir de la policía porque habíamos superado el toque de queda.

Una tarde nos puso discos en su habitación y nos habló de la vida en Saint Tropez, de cómo echaba de menos a su abuelo, de lo detestable que era Marsella.

Cécile no la soportaba. Mi tía tampoco; me advirtió de que no era una buena influencia para mí, esa chica tan creída, repelente y egoísta.

A mí no me parecía egoísta. Me parecía una chica sin amor y sin familia que hacía lo posible por convertir su vida en una fiesta, en lugar de dejarse arrastrar por la desidia y la tristeza. Me hacía un sinfín de preguntas sobre Barcelona. Hablaba por los codos. Me prestaba muchísima atención. Aprendí un montón de francés con ella.

Una noche entró en la habitación en la que dormíamos Cécile y yo y me hizo guardar silencio y seguirla. Cogí la ropa, salí de la habitación y me vestí. Atravesamos la casa hacia el otro lado, donde estaba su habitación. Allí había una fiesta. Quizás quince, veinte personas. Tabaco, baile, risas, conversación. Y alguna pareja haciendo rincón.

Había luces en forma de estrellas, colgadas de las barras de su cama de princesa y la música molaba. Música negra. Nadie en particular vino a hablar conmigo, aunque crucé miradas y sonrisas. No me sentía fuera de lugar. Siempre me han gustado las fiestas. Por la ventana se veía la luna y me sentía cool. Kool and the Gang.

Al día siguiente me cayó bronca por haber dejado sola a Cécile. Mi tía me castigó, injustamente, creo. No había hecho nada malo. No había bebido ni fumado ni me había enrollado con nadie.

“Te has dejado deslumbrar por la novedad y has traicionado a Cécile”, sentenció mi tía.

Desde ese momento intento huir de las personas aburridas, aunque a menudo, como supuestamente son tan buenas, te hagan creer, ellas, o el consejo de la gente, que la vida puede ser otra cosa.

8 comments:

  1. Anonymous6:45 PM

    Em recorda la protagonista de "Bon jour tristese". Quina descripció més bella i sensible de l'adolescència. Estimar i ser estimada: sense afegitó de cap mena. Chapeau.

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  2. Uh! Quin compliment més gran! Gràcies.

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  3. Anonymous10:31 PM

    en la vida siempre hay momentos especiales que recordar........ -amantis violeta-

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  4. Sí. Y a menudo no reconoces que son especiales mientras los vives.

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  5. qué bien se lo pasaba Sofie.

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  6. Ja ja! No lo sé Demian, pero lo parecía... Es como el sueño ¿no? Cuando yaestás harto de ser niño y aún te tratan como a tal, ella ya ganaba dinero y hacía con él lo que le venía en gana. ¡Dónde estará Sofie hoy!

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  7. Anonymous10:02 PM

    Eso, donde? yo quiero conocerla

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  8. Uf, hace muchos años, fue en otra vida, imposible encontrarla...

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