Wednesday, October 08, 2014

Bailar: he ahí la cuestión


Dividiendo el mundo una vez más. ¿Bailas o no bailas? ¿Y si decides bailar, cómo te expones?

Es lógico que bailar dé miedo a tanta gente. Pueden llamarlo como quieran, que no saben, lo que más, pero es evidente que se trata de miedo. Hace poco estuve en una boda donde media familia era latina y, aunque en esta parte del Mediterráneo no somos ni sosos ni miedosos y no nos cortamos un pelo a la hora de bailar, ¡cómo vas a comparar! ¡Es que ellos caminando ya bailan!

Pero vayamos a un lugar más neutral, en edad y en estilo, vayamos a una discoteca:

Allí encontramos a la persona que piensa estar guiando una maratón de aerobic. También la que danza de verdad y no puede disimularlo, por mucho que, obviamente, corte el rollo a los colegas que le acompañan. Está la figura arrimadora, la provocadora, la extasiada, la indiferente, la animadora, la que se hace de rogar, la que mira al suelo, pudorosa.

Nunca faltará alguien que se mueve como un pollo, como un felino, como un caballo. O que imita a un dinosaurio, a una serpiente, a un flamenco.

Bailar es un expresión del ser, se quiera o no se quiera. Lo mismo que reír y llegar al orgasmo. Si se falsea, resulta ridículo.

Cuando alguien me carga mucho y me comienza a violentar, me lo imagino bailando. Probadlo, llega a ser más infalible que lo de cagar.


2 comments:

  1. Sin dudar..... lo probaré.

    Bona nit.

    ReplyDelete
  2. Ya me dirás si funciona... ;-)

    ReplyDelete