En mi paseo he constatado que hay más balcones con banderas independentistas que con motivos navideños, aproximadamente a cincuenta banderas por cada ventana con luces. Es más, nunca se dan a la vez, la bandera y las luces. De todos modos, la mayoría de habitáculos parecen estar cerrados a cal y canto, con lo que los habitantes o bien pasan las navidades en casa de otros o han pasado directamente de las navidades, eso que siempre juramos hacer el próximo año.
Por eso ha sido
sorprendente cuando al girar una esquina me ha cegado un inmueble
entero iluminado de arriba a abajo con tal cantidad de luces que
nunca había visto aquí, sólo en Estados Unidos, donde todo lo
hacen “a lo grande”. No sólo no se podía mirar a las luces, por
la intensidad, sino que de soslayo se podía apreciar que primaba la
cantidad sobre la calidad y que, en verdad, las luces no estaban
diciendo nada más que “mira lo poco que me importa gastar
electricidad, total, me la van a cobrar lo mismo”.
Y ya en otra calle he
visto en un balcón una enorme oca iluminada de un
rojo anaranjado. He querido hacer una foto, pero en los bolsillos
sólo llevaba un pañuelo usado, los guantes que al final no me he
puesto y las llaves de casa.
Esto es lo que he
encontrado en internet sobre la simbología de la oca:
En el antiguo
Egipto, Amón, el dios tutelar de Tebas, asociado a Ra, el dios de
los dioses del panteón divino egipcio, tenía dos animales sagrados:
el carnero y el ganso. Mientras al Faraón se identificaba con
Amón-Ra, al mismo tiempo, al Sol, su alma, se lo representaba
mediante un ganso. Por eso, el ganso era una especie de ángel, es
decir, un mensajero entre el cielo y la tierra, los dioses y los
hombres. En el Imperio romano, el ganso era una representación de
Juno, hermana y esposa de Júpiter, pareja en la que se reconoce a
Hera y Zeus. De tal manera, en Roma, Juno Moneta era una diosa
oracular, una pitonisa a la que se solía consultar y que prodigaba
sus consejos, predicciones y advertencias. A su servicio tenía
gansos que, gracias a la presencia de Juno, pudieron advertir a los
soldados romanos durante la invasión gala en el año 390 a. C.,
episodio más conocido como ''los Gansos del capitolio'' (fuente:
20 Minutos, Listas Cultura, MITOS, LEYENDAS Y SIMBOLOGÍA DE LAS
AVES).
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