Decía la vecina al vecino: “No sé si te has dado cuenta, pero los mosquitos han cambiado de actitud. Antes eran varios los mosquitos que venían y te picaban, ahora es uno, el mismo, que va dando vueltas y te acribilla y si lo matas, no vienen más. Es como si se hubieran organizado para repartirse la sangre”.
No sé, no sé ... si fiarme de esa vecina.
ReplyDeleteClaro, los mosquitos que pican sólo son las hembras y ya se sabe que son parlanchinas y se cuentan todo
ReplyDeleteja ja ja!!!! Bueno, M. Miros, no es cuestión de fiarse, pero por curiosidad, voy a observar. M. Lansky, últimamente veo que son los hombres los que más hablan. Quizás las mujeres andemos más estresadas ;-p
ReplyDeleteGracias por la visita, distinguidos.
Tengo visto que las muejeres -hablo en general- ponen nerviosos a la mayoría de los hombres, de ahi que estos hablen y hablen sin parar en esa ceremonia entre el impulso de seducción y el temor a lo ignoto femenino. Pero si reunimos a mujeres solas y hombres solos, sin mezcla de géneros, creo que las tías sois más parlanchinas. Yo por mi parte, descubrí tempranamente (he sido criado en un hogar solo de muejres) que permanecer callado y atento escuchandóos, es muy sedutor para vosotras.
ReplyDeleteBueno, quizás sea seductor, así, para la primera vez, no sé, el rollo del misterio y eso... A mí, particularmente, me encanta que me expliquen historias. Mis mejores amigos, dos chicos, dos chicas, tienen en común que hablan mucho y que cuentan muy bien sus historias. Mi marido es un silencioso, creo, pero siempre tiene tantas cosas que contar... ¡Gustazo, oye! ;-p Como se dice, cada persona es un mundo. Afortunadamente. ¡Un abrazo!
DeleteYo no digo nada
ReplyDelete¡Una pena! Porque cuando dices es una gozada.
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