Estoy en la habitación con Toni. Reviso las redes. Hablo con él. Le cuento los chismes. Las redes han convertido todo en un chisme. Incluso la guerra. Pero mira, le digo a Toni, Rufián sigue con su poesía. Le pongo la última intervención. Tú no le puedes ver, le digo, pero va vestido como una estrella de rock en una entrevista seria. Con bambas. Bien peinado. Y bien afeitado. ¡Es que Toni y yo somos tan fans! A Toni le gustan los chicos. Le gustan más las chicas, pero algún chico le pone mucho. A mí me gustan los chicos, pero alguna chica me pone, como Chantal. A los dos nos pone Gabriel Rufián. Más de una vez hemos fantaseado. Nos apasiona su voz, esa voz de poeta que desgrana inesperadas sorpresas. Nada que ver con las canciones, que siempre aciertas qué palabra vendrá después. Gabriel Rufián, cuyo solo nombre ya seduce, es infinito, admirable, excepcional. Todo entra en su oratoria, sin gritar, sin insultar. Porque resulta que las verdades pueden decirse, tal cual.
Hay apellidos... que ni aposta
ReplyDeleteDesde luego ;-)
DeleteEs un plaer escoltar la seva paraula. "pura poesia"
ReplyDeleteestic d'acord.
Molt entretingut i molt diferent. Ja era hora de pujar una mica el nivell.
DeleteEs ingenioso el chico, sin duda. Lo del monolingüe diciéndole al bilingüe que sea trilingüe, genial.
ReplyDeleteAy, sí, con eso me tronché.
Delete