Thursday, March 22, 2018

Escuchando a Barriuso

No tengo tiempo para comer, ni cagar, ni el yoga, ni bailar ni tocar la trompeta. No tengo tiempo para este blog, ni para pintar, escribir cómics, restaurar, dialogar, cocinar, o ir a las radios a dar la brasa en los programas de los amigos. No tengo tiempo para los amigos, ni la familia, solo para la nuclear. No me detengo bajo la lluvia ni el sol ni me pongo a montar fiestas. Y siempre las monté yo.
Cuando Rita me despierta de noche y no puedo volver a dormir, quisiera salir al rellano a leer con un linterna, como a los trece años. Pero es difícil cualquier cosa con una mamífera colgada de la teta.
A veces creo que estoy pensando, pero en verdad ando estresada con preocupaciones: el orden de las tareas cuando llegue al curro, lo imprescindible en casa antes de que nos tumbe la noche y cómo arañar cinco minutos para mí, ni que sea para depilarme.
Sepáis que Lorca tampoco tiene tiempo ni de afeitarse (de pronto me pareció que sonaba a condena solitaria - cuando no es ni condena, ni solitaria).
Lo que sí puedo es escuchar la radio, en el coche, una hora de ida y otra de vuelta. Y Jorge Barriuso es una delicia siempre. Hoy: Samuel Beckett y su legado.

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