Thursday, December 13, 2007
El eructo de las 18.45
El metro se detiene. Abre puertas. Gente que sale, gente que entra, gente que tropieza. Aún los hay que se piden perdón con una sonrisa. Un hombre trajeado está sentado en el banco de la estación sin hacer conato alguno de subirse al metro. Afloja el nudo de su corbata, desabrocha los tres botones centrales de su camisa y de la sombra oscura donde se esconde su cuerpo extrae una botella de agua de litro y medio. Saca el tapón, toma un trago y, sin más, vuelve a guardarse la botella en la camisa, se abrocha los botones, se anuda la corbata y eructa.
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Qué envidia! Yo no sé eructar voluntariamente, nunca he sabido y siempre he tenido ganas de emitir espantosos eructos en público.
ReplyDeletepues yo soy toda una artista. El truco está, en después del eructo, decir con gracia y cierta musicalidad: "excuse me"
ReplyDeleteNada como eructar y decir "cantaba la rana".
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