En fin. El motivo real por el que la odio es porque está buena que te cagas, es rubia natural y siempre está feliz. Tiene una de esas sonrisas suecas, serenas y un acento de lo más sexy. Circula por la escalera en camisón arrapado y semitransparente (incluso en el viento de hoy) y más que adivinarle, le veo todo. Además se presenta con un cesto precioso mientras yo arrastro una cutre bolsa de basura gris. Sin mencionar que voy bien abrigada con un chándal hortera y los pelos sin peinar.
Con la inseguridad y fragilidad en que vivo como puedo estas extrañas tardes de viento salvaje, de luz inacabable, de cielo ensordecido de aplausos triunfales, sólo me faltaba la vecina rubia. Luego un avión cruzó lentamente la atmósfera pura. El sol inmortalizó su estela dorada, el tiempo hipnotizó una estrella de Navidad mecánica.
jajaja... me imagino la escena...
ReplyDeleteYo tiendo la ropa en un patio interior. Lo único interesante en esos momentos es que averiguo qué está cocinando cada vecino. Y también puedo saber cuántos vecinos están usando su WC. Ni punto de comparación con tus encuentros con la vecina descocada.
ReplyDeleteY no será envidia por estar "buena que te cagas"?
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