Thursday, December 27, 2007

Los fantasmas de Navidad

Avisté una sombra que dejó un rastro ácido en el umbral de la puerta. No me atrevía a pisarlo y sin embargo debía salir, no podía quedarme para siempre dentro. Las ventanas estaban selladas y líquidos inquietos repicaban las campanas. Me he sentido inútil y prescindible. Supongo que no pasa nada con estar enferma. Excepto que la vida es más aburrida.

1 comment:

  1. querida stella, yo lo plantearía de otro modo, sólo cuando se manifiesta la enfermedad es cuando empezamos a curarnos, en la enfermedad es cuando el cuerpo y el ser se decide a luchar contra los 'organismos invasores'...

    un abrazo, you never are alone, you know...

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