No es la primera vez que escucho este tipo de comentario y tengo la impresión de que no será la última. No poseo estadísticas ni informes, pero sí esta sensación:
A los jóvenes no les gusta que los jubilados (como los llaman) asistan a clases en la universidad.
Motivos:
-Explican anécdotas largas y tediosas.
-Siempre quieren exponer sus trabajos, que no acaban de tener relación directa con lo que se pedía.
-Nunca tienen prisa y te hacen perder el tiempo.
-Son unos pesados. Se enrollan como una persiana con batallitas que a nadie interesan.
-Les huele mal el aliento.
Cuando yo estudiaba, había gente así, aunque no eran jubilados.
¿Debería reservarse la universidad tradicional para los jóvenes y, si acaso, crear una nueva para personas mayores, o debería la universidad ser universal?
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