Friday, May 16, 2008

Cena de un viernes de mayo

Estoy cansada: lobotomizada. Es viernes por la noche y no quiero cenar ni follar ni salir ni bailar ni escribir ni tocar ni charlar ni leer ni ver ni oler ni caminar ni beber ni escuchar ni jugar. Sólo quiero meterme en la cama y dormir. Pero qué rabia me da, joder, ¡que es viernes!

Bueno… Ahora que lo que está en el horno comienza a aromatizar el ambiente, tal vez sí que podría cenar.

Come on boy… Bring the wine, bring the wine, hold me tight and make me smile.

The world is a vampire…

Mi padre suele rememorar aquellas palabras del abuelo Abril: “tú no has trabajado nunca en la vida”, refiriéndose a que mi padre tenía un trabajo intelectual y no se deslomaba cargando mercancía en el puerto.

Admiro a todas aquellas personas que trabajan (de lo que sea) y después encuentran la energía para mimar sus vidas, para cambiar el mundo, para seguir brillando. Aquellos rufianes que pagan con los demás el pan nuestro de cada día deberían estar en la cárcel, para que supieran en qué consiste una auténtica prisión y echen de menos sus trabajos.

Al terminar la jornada, hay mucha gente que se sube en el tren en la misma estación, una de esas ciudades tecnológicas en las que trabajan una buena parte del contingente laboral. El tren se convierte en un culebrón hispano, entre risas y remilgos que acompañan mi siesta hacia atrás, para sentir que me llevan y no que me empujan.

Ea, ¡a cenar! Yo que puedo. Yo que tengo un trabajo y dinero y un techo.

Y me voy antes de comenzar con el recuento de las desgracias que han acontecido esta semana...

The world is a vampire, sent to drain
Secret destroyers, hold you up to the flames
And what do I get for my pain?
Betrayed desires, and a piece of the game

Even though I know - I suppose Ill show
All my cool and cold-like old job

Despite all my rage Im still just a rat in a cage


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