El amor que siento por el cambio es extático, pues nada recompensa tanto como olvidar quién fui y volver a comenzar. El apego por lo que en mis manos sostengo es nostalgia avanzada, mucho antes de pensar en la renuncia, ya comienzo a echar de menos. Camino por rocas que nada me pueden recordar, aunque todo lo retengan, soy nueva. Y cuando una memoria emerge tras la nube, la niego sin dudar —ya la lloré cuando agonizaba. Las sombras me inspiran respeto, pero no deseo.
las sombras son necesarias, sin ellas no seríamos lo mismo, nos faltaría algo, algo importantísimo.
ReplyDeletepaula