Jazz is dead
Hacía tiempo que no sentía hogar, que no entraba y me gustaba el ruido de las llaves al caer sobre la mesa, que no sentía amor por las paredes que me cobijaban. En ese momento indefenso tras la cena, cuando de puro cansancio podría irme directamente a dormir (y sin remordimientos), sonó Cortez the Killer de Neil Young. Pensé que justo en frente de casa estaba a punto de comenzar el concierto de DePop y que tenía ganas de ver a D, porque siempre siento una fiesta en mi alma cuando me sonríe… Pero no podía ir. Hay días en los que no me siento capaz. Y desde que no le doy al alcohol soy mucho más recatada, aburrida y cobarde de lo que pensaba. Así que me quedé mirando a la vela, saboreando el último trago de mi única media copa de vino, escuchando a Neil desgarrar el tiempo y llevarme en lomos de su guitarra hacia aquella noche en que descubrí a Grateful Dead, noche de monstruos, noche de Batman.
Soy libre, reconozco, estoy salvada. Y lo incierto sólo añade placer.
Me alegro de haber nacido.
a veces la paz del hogar es necesaria para alcanzar niveles superiores... el camino es largo y a favor el hecho de querer... un beso, querida stella
ReplyDeleteotro para ti, paula... pero ¿a qué te refieres cuando dices niveles superiores?
ReplyDeletePara mí un hogar es básico. No hay niveles, sólo ese.
igual la expresión no es la más adecuada, me refiero tal vez a niveles de consciencia de uno mismo y de sabiduría que nos hacen ser más sabios, ¿no?
ReplyDeleteA veces me siento "en casa" cuando camino por la calle, de noche, con mi mp4 (no me acostumbro a lo de 4...jijiji)y mi música en las orejas.
ReplyDeleteJazz is dead
Blues is alive
Blues is life...