Wednesday, February 06, 2008

Solidaridad

Quisiera llegar a tu lecho y consolarte. Arrodillarme a tu lado, aliviar tu dolor con mi voz. Tocar tu mano, hablarte de fe, de esperanza, de ilusión. Acercar a tus labios un tazón de caldo y un pedazo de pan fresco. Con sumo cuidado, limpiar tus heridas, besar tus párpados, rescatar la luz en ti con mi calor. Sin embargo, estás lejos y soy cobarde y me quedo en mi serenidad. Egoísta de mí... ¿De qué me sirve esta paz tan quieta, sin ti?

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